"Los políticos, y me incluyo, debemos sustraernos de ideologías al hablar del euskera"
Habla a toda prisa, sin por ello dejar de medir cada palabra. Josune Ariztondo (Ondarroa, 1948) se licenció en Químicas, pero su mundo fue la enseñanza hasta que en 1996 se convirtió en viceconsejera de Política Lingüística. Recalca que lo suyo es promover el euskera, no imponerlo. Y da un tirón de orejas a la clase política, en la que se incluye, por lo ideologizado que está el debate sobre la lengua. Pregunta. ¿Habla más o menos euskera desde que es viceconsejera? Respuesta. Similar. Mi trabajo se desenvuelve desde hace bastantes años en euskera. En casa también vivo en euskera. En la calle hay gente con la que hablo en euskera y con otras siempre en castellano. P. A la ciudadanía se le exige mucho más que a sus dirigentes. El candidato a director de EITB no sabe euskera y el hoy lehendakari empezó a aprenderlo hace bien poco. R. Creo que no tan poco. Hombre, nadie está exento de contradicciones. En todo caso, la ley del Euskera no exige nada a los ciudadanos. Más bien la Administración se exige a sí misma frente a los ciudadanos, que tienen unos derechos lingüísticos. P. Sorprende un castellanohablante al frente de un ente audiovisual la mitad de cuya programación es en euskera. R. Me parece importantísimo y necesario que quien sea director general de EITB sepa euskera. No sé quién será. Lo decidirá el Parlamento, que tiene que buscar las mayorías suficientes. Estoy segura de que será la opción más adecuada. No voy a decir más. P. ¿Se pone en la piel de esa persona que tiene que aprender vascuence para conservar su puesto de trabajo? R. Lo intento, aunque supongo que no es fácil para mí vivir lo que esa persona vive. Como supongo que para ella tampoco es fácil darse cuenta de los problemas que tiene una Administración para responder a una demanda ciudadana mayoritaria, como es la de la educación bilingüe. Una situación de no normalización de la lengua trae todos estos problemas, que a nivel personal son, sin duda, importantes. P. Los partidos discrepan del ritmo de la euskaldunización. ¿Cómo se puede lograr un consenso? R. La actitud de los partidos y de la ciudadanía es positiva hacia una situación de bilingüismo. Creo que el tema no es tanto lo que hacemos, sino cómo. Los que tenemos responsabilidades de Gobierno estamos abiertos a la discusión, a la discrepancia. Por lo que veo, a la clase política se le hace difícil ahora, que vivimos en una situación pre, post y electoral, sustraerse de ideologías a la hora de hablar sobre política lingüística. Sin embargo es un esfuerzo que todos, me incluyo, debemos hacer. P. Desde algunos sectores se les acusa de meter demasiada prisa e incluso de imponer. R. Tres cuartas partes de los jóvenes son bilingües. Esto tiene que ver con su esfuerzo y la elección de sus padres de un determinado modelo educactivo. Y es evidente que la mitad de la clase política y de los votantes no es nacionalista. La ciudadanía tiene asumido que el euskera y la normalización lingüística es patrimonio de todos. Intentamos consensuar lo más posible nuestras políticas, siempre de promoción y nunca de imposición, quiero recordarlo. P. El plan de promoción del uso del euskera se va a aplicar sin consenso. R. No, no, no. Es un plan estratégico que ha hecho la viceconsejería con un consejo asesor en el que estaban todas las sensibilidades políticas. Fue presentado a todos los partidos y se les dio un plazo suficiente para hacer enmiendas. El Consejo de Gobierno lo aprobó [antes de las autonómicas] y [el actual Ejecutivo] ha recogido en su acuerdo de gobierno [PNV-EA-EH] el compromiso de desarrollarlo. Es un plan para diez años que revisa las medidas de normalización lingüística para ir a una política más global. Por ejemplo, vamos teniendo generaciones de jóvenes que han llegado al bilingüismo a través del sistema educatico y que demandan productos y servicios en euskera. P. Los bilingües (31%) son bastantes menos que quienes no saben ni palabra de euskera (53%). Los no nacionalistas están inquietos ante cómo se reflejará en la euskaldunización ese pacto netamente nacionalista. R. No tienen nada que temer, en absoluto. Este plan fue aprobado cuando no se tenía ni noción y ni se preveía en absoluto un pacto distinto al que entonces había [PNV-EA-PSE], al menos los que estábamos confeccionándolo. Precisamente uno de los parlamentarios del PP decía hoy [por el jueves pasado] en petit comité: "Este plan es realista y permite aplicar políticas diferentes según la situación sociolingüística". P. ¿Tiene presente a la mayoría, no euskaldún? R. Por supuesto que sí. P. ¿Cómo afectará al euskera la negativa de Francia a reconocer oficialmente otras lenguas autóctonas? R. Las políticas decididas a favor de la lengua no aseguran su pervivencia si carecen de complicidad ciudadana. Sin ellas, el riesgo de extinción es evidente. La situación del euskera en Iparralde es agónica. Y que ocurra en un Estado democrático, que lleva la bandera de la libertad, etcétera es incomprensible y muy precocupante. P. ¿Qué opina de la campaña que tacha de "analfabetos" a quienes estudian en castellano y de la de los abogados euskaldunes? R. Son cosas diferentes. Prefiero comentarlas por separado. No estoy de acuerdo con la campaña de Euskal Herrian Euskaraz. Si el modelo A no asegura el conocimiento de las dos lenguas, habrá que mejorarlo. Pero esos chavales no son analfabetos. P. ¿La traducción vulnera derechos del vascohablante? R. Entiendo que la interlocución directa es la situación ideal. Pero entre el todo y la nada la traducción permite a quien quiera expresarse en euskera. Estaré encantada de apoyar todo lo que contribuya a superar la no normalización. Y estaré en contra de todo lo que sea dramatizar en exceso, ideologizar o aprovechar para hacer una campaña por no sé qué otra razón. P. ¿Cómo se llevan con Kontseilua? R. Firmamos un acuerdo. Se comprometió a promover el plan del euskera entre sus integrantes. P. Pero prepara uno propio. R. Sí, eso dicen. Quien desee trabajar por la normalización del euskera en todo el territorio de Euskal Herria tiene situaciones de vulneración de derechos importantísimos. En ese sentido, tiene una labor importantísima que hacer. P. En el Parlamento la presencia de euskaldunes es mayor que en la calle, hay traducción simultánea, pero proporcionalmente se usa poco. ¿Por qué? R. No estaría de más que los que saben lo utilizaran más. P. ¿Coincide con Ibon Sarasola cuando señala que la indiferencia de los vascohablantes es el mayor enemigo del euskera? R. No sé si es el enemigo. Pero es cierto que cualquier lengua que concite la indiferencia de sus hablantes está condenada al fracaso.
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