El presidente de Montenegro exige la revisión de las relaciones en la Federación Yugoslava
ENVIADO ESPECIALLos problemas del presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, se multiplicaron ayer con la decisión del Gobierno de Montenegro de revisar sus relaciones con Belgrado. Fuentes políticas en Podgorica confirmaron la intención del presidente montenegrino, prooccidental, Milo Djukanovic, de boicotear las decisiones del Gobierno federal mientras no se establezcan "nuevos términos" para mantener la federación.
La decisión de Djukanovic no hizo sino confirmar el pronóstico de los analistas políticos de que si bien Milosevic pudo sobrevivir a las 11 semanas de bombardeos, no es del todo seguro que la Federación Yugoslava pueda permanecer como antes. La federación es ya un ente que se encoge. "No vamos a reconocer ningún tipo de decisiones de órganos federales. Ni del Gobierno federal, que es ilegal, ni del Parlamento federal, que es ilegal", declaró Djukanovic al diario Blic. "Lo que pasó en Yugoslavia fue una guerra irresponsablemente provocada, que, bajo todo criterio, se podría llamar una guerra personal, privada y política de un hombre que sólo quiere preservar su poder", agregó.
La posición de Djukanovic no es nueva, pero añade considerable ímpetu a la campaña para deponer al régimen de Milosevic tras la pérdida de Kosovo y la tenaz campaña internacional para aislar a Belgrado y negarle toda ayuda económica para la reconstrucción del devastado país.
La unión entre Serbia y su único socio, Montenegro, está al borde del colapso. Djukanovic, un exaliado de Milosevic de 37 años; el actual primer ministro federal, Momir Bulatovic, y Svetozar Marovic, hoy jefe del Parlamento montenegrino, formaban una troika firmemente leal a Milosevic hasta 1997.
Djukanovic ha dicho en varias ocasiones que su Gobierno ya no puede trabajar con el autocrático régimen de Milosevic. El presidente de Montenegro -país económicamente deprimido pero con el único acceso al mar de Yugoslavia- ha actuado de manera cada vez más independiente desde su triunfo electoral hace menos de dos años. Partidos montenegrinos menores están presionando a su Gobierno para una total independencia de Yugoslavia o, por lo menos, una nueva relación política y jurídicamente menos estrecha con Serbia. Analistas políticos coinciden en señalar que si Djukanovic intenta extraer a Montenegro de la República Federal no hará sino desatar la ira de Milosevic y crear las condiciones para un nuevo conflicto en los Balcanes. Belgrado mantiene en Montenegro una fuerza calculada en 30.000 soldados. Djukanovic se ha encargado de robustecer un cuerpo policial de 15.000 hombres bien entrenados. Con un 10% de población serbia, Montenegro -que se ha mantenido al margen del conflicto con la OTAN y ha ofrecido asilo a los mas acérrimos enemigos políticos de Milosevic- aún mantiene viejos vínculos con Serbia. Tal es la preocupación internacional ante la perspectiva de un conflicto entre serbios y montenegrinos, que el Departamento de Estado norteamericano pidió a Podgorica moderación ante el creciente clamor independentista. "La continuada desintegración de Yugoslavia no contribuirá a traer la paz y estabilidad a los Balcanes", declaró el viernes su portavoz, James Rubin. Queda por ver si esta advertencia va a ser tenida en cuenta por Montenegro.
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