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EL 'CASO GIL'

Socialistas y populares negocian para impedir que el GIL gobierne en Ceuta y Melilla

Las direcciones del PP y del PSOE han mantenido ya varios contactos, el último el pasado martes entre sus responsables del área municipal, para frenar al Grupo Independiente Liberal (GIL) -liderado por Jesús Gil- en Ceuta y Melilla y varias localidades andaluzas, especialmente en Estepona, donde el acuerdo se oficializó ayer, y en Ronda. Este pacto, inhabitual entre PP y PSOE, tiene por objetivo impedir que el grupo político que controla el alcalde de Marbella gobierne en estos ayuntamientos o ciudades autónomas, en las que el 13-J fue la fuerza más votada.

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Fuentes de la dirección del PP han mostrado su total disposición a colaborar con el PSOE para detener el avance del GIL en todos los municipios donde entre ambos partidos puedan propiciar un gobierno alternativo. Y como ejemplo de esa colaboración se explica que una responsable de la cúpula del partido del PP, la secretaria ejecutiva del área municipal, Mercedes Fernández, diputada nacional y candidata derrotada para el Ayuntamiento de Gijón, haya mantenido ya una reunión con su homólogo en el PSOE, Alfonso Perales, con buenos resultados. La cita se produjo este pasado martes. Fernández y Perales pusieron sobre la mesa las posibilidades de cooperación, que al final se limitan a que los populares permitan al PSOE el acceso al gobierno municipal de Estepona y Ronda (donde ganó el GIL) a cambio de obtener los votos imprescindibles de los socialistas para repetir mandato en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla (donde también venció el GIL). Este acuerdo general auspiciado desde las cúpulas del PP y del PSOE en Madrid ha tropezado, no obstante, al descender a sus organizaciones locales, con dos inconvenientes, que las fuentes consultadas consideran salvables.

Problemas en Melilla

Los socialistas de Melilla se niegan a impulsar al candidato del PP, Ignacio Velázquez, a la alcaldía. Velázquez ha mantenido escandalosos enfrentamientos durante estos años con el PSOE, que acabó desbancándole en una moción de censura y facilitando el gobierno a un tránsfuga del PP, Enrique Palacios. Los socialistas de Melilla están de acuerdo en impedir que en esta plaza gobierne el GIL, pero han ofrecido a la ejecutiva federal una alternativa a la de apoyar a los cinco concejales del PP. Prefieren dar la alcaldía al candidato de Coalición por Melilla, que también ha obtenido cinco ediles. En Ceuta, el PSOE está seguro de convencer a sus concejales para que voten al PP, pese a que su ejecutiva ha dimitido en bloque para rehuir esta decisión. Los populares han puesto por su parte un reparo a la alianza con el PSOE en Estepona y Ronda. Quieren que el PSOE les ayude a su vez en la Diputación de Málaga. Los socialistas andaluces han advertido de que no aceptarán ningún tipo de condición. Éstas serían las aristas más complicadas del acuerdo, que podría extenderse a otros ayuntamientos addaluces con menos problemas, por ejemplo San Roque (donde el PSOE es la primera fuerza) y Benahavis (donde los más votados son los populares).

Y si en algún lugar a PP y PSOE les faltarán ediles para derrotar al GIL, Izquierda Unida también estaría por la labor de cooperar. Ayer, su responsable de política municipal, Francisco Herrera, reveló que la Presidencia Federal ha concedido "cobertura" a su organización en Andalucía para boicotear posibles alcaldías del GIL. IU prestaría sus apoyos, pero no gobernaría si fuera precisa y relevante en número la presencia del PP.

Es el caso de Estepona, cuyo pacto se fraguó ayer, donde los cuatro partidos de la oposición han aunado sus fuerzas para quitarle de las manos la alcaldía al GIL, la formación más votada, y dársela al socialista Antonio Caba. PSOE, PP, IU y PA cerraron formalmente esta alianza, que venían anunciando desde las elecciones, y presentaron a los 12 concejales que formarán a partir del 3 de julio el nuevo gobierno.

El cabeza de lista popular, Manuel Sánchez Bracho, denunció que el GIL, el partido del todavía alcalde en funciones, Jesús Gil Marín, hijo del presidente del Atletico de Madrid y alcalde de Marbella, había intentado "comprar" a sus ediles. Y presentó la correspondiente denuncia ante la Junta de Andalucía y en la Subdelegación del Gobierno. Sánchez Bravo presume que tras esos intentos llegarán las amenazas físicas y psíquicas.

El 61% de los votos

"Hay un pacto de gobierno. No podía ser de otra forma. No podíamos defraudar al 61% de los ciudadanos que han depositado la confianza en nosotros". Con estas palabras el futuro alcalde socialista de Estepona, Antonio Caba, en una imagen poco corriente, junto a 12 concejales electos de las cuatros formaciones políticas, dio por cerrados los acuerdos que, en su opinión, garantizan "un futuro estable" para la ciudad. El gobierno municipal quedará configurado por seis ediles socialistas, cuatro populares, uno del PA y otro de IU, de los 21 que tiene la corporación. "Que se dejen de sandeces. Tenemos un alcalde y un equipo que va a apoyarlo. Estamos los cuatro juntos y al unísono", manifestó Sánchez Bracho en referencia al temor expresado por Gil Marín a que el cambio provoque una pérdida de inversiones en la ciudad.

Los cabezas de lista aseguraron que cuentan con el apoyo de las direcciones provinciales de sus respectivos partidos para este pacto calificado por Gil Marín como "contra natura". Y cuentan con él porque, según Antonio Murcia, el concejal electo de IU, "hay más puntos de unión que de diferencia". En esta misma línea abundó Sánchez Bracho y fue más allá: "Al haber sufrido en nuestras carnes una dictadura férrea, llega un momento en que lo que te planteas es: ¿corrupción, sí o no?, ¿democracia, sí o no?, ¿estado de derecho, sí o no?".

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