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Nerva, en la sombra del veredicto

Nerva es un pueblo de artistas y mineros al que la suerte no le ha sonreído en los últimos años. El sueño eterno de la fama, plasmado en las pinturas de su hijo predilecto Daniel Vázquez Díaz se vio perturbado en las puertas de una Navidad maldita de 1997, cuando el horror que desprende la crónica negra se apoderó de sus 7.000 habitantes. En menos de 72 horas, entre los días 16 y 18 de noviembre, la Guardia Civil hallaba los cadáveres de tres vecinos: Félix Cabanas, Ángel Pérez Gómez y Manuel López, todos con la cabeza destrozada a golpes, en tres imágenes desoladoras que crearon el pánico y el miedo entre la población. Ahora, dos años después, los vecinos de este pueblo, enclavado en la zona más oriental de la provincia onubense, han visto como un jurado popular anónimo, compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres, ha determinado un veredicto de culpabilidad contra Francisco Javier González Rodríguez, alias El Lejía, de 27 años, como autor de los crímenes. Un hombre que nunca fue tocado por el halo del bienestar: "Un cabeza de turco en todo este asunto", según su padre, José González. A El Lejía, que espera una sentencia condenatoria entre las rejas de la prisión provincial de Huelva, se le ha probado durante tres días, según el jurado, que cometió -se desconoce si solo o acompañado- los horribles asesinatos. Los llevó a cabo a traición, por la espalda, con técnicas de lucha que aprendió en La Legión, donde militó hace años. Consumidor habitual de heroína, cocaína y piscofármacos, no torció el gesto, ni siquiera bajó la cabeza, cuando escuchó la decisión del jurado. Solo o con otros El reo, detenido en Nerva horas después de los macabros hallazgos, reconoció desde entonces, en dos ocasiones, con todo lujo de detalles y ante la jueza de Valverde del Camino (Huelva), ser el autor del triple asesinato. Aquellas declaraciones, de las que ahora dice no recordar nada, "no dejan abierta la posibilidad a que las muertes las cometiera otro", repitió el fiscal, Francisco Ontiveros, durante la vista. La defensa de oficio, representada por el letrado Carlos Palomar, se quedó sin argumentos aparentes: "No existen pruebas concluyentes y no hay huellas en las armas ni en las escenas de los crímenes", insistió, tras subrayar que El Lejía estaba bajo los efectos de la droga cuando ocurrieron los hechos. Pero lo cierto es que ha quedado demostrado para el jurado que durante aquel 16 de noviembre El Lejía acabó con la vida de Félix Cabanas y Ángel Pérez Gómez, de 39 y 65 años, respectivamente. El primer cadáver permaneció tendido en un camino situado en el extrarradio de Nerva y el segundo muy cerca de una casa de campo, ambos con la cabeza reventada y sin sus respectivos monederos. Dos días después se conocía el tercer crimen, el del chatarrero Manuel López, de 43 años, que fue hallado con el cráneo aplastado por una batería de coche y sin las 180.000 pesetas que guardaba en la cartera. Las armas utilizadas por el agresor fueron una barra de hierro y una llave de grifa de fontanero. No todos en el pueblo descansan tras la decisión del jurado popular; algunos consideran que El Lejía no pudo actuar solo y otros, como los parientes del reo, mantienen que "a alguien tenían que culpar de todo esto", según Magdalena Rodríguez, la madre de El Lejía, que ha asistido al juicio con su marido y la esposa del acusado. Resta por conocer la sentencia de este juicio, basada en las peticiones de condena: 61 años de cárcel por parte del fiscal y 77 de la acusación particular, que será recurrida por la defensa ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Será entonces cuando se cierre, de momento, el capítulo triste sobre tres crímenes cometidos en Nerva, cuya explicación no existe.

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