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Entrevista:

FERNANDO CASTAÑÓN ASESOR DE NACIONES UNIDAS "Educar para la paz es hacerlo en la práctica del diálogo"

En el acuerdo de paz de Guatemala, firmado el 23 de junio de 1994, el Gobierno y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) concluyeron que se debía establecer una comisión para el esclarecimiento histórico de las violaciones de derechos humanos en ese país durante las tres décadas que duró su conflicto armado. Esa comisión, que ha trabajado durante dos años y que presentó sus conclusiones el 25 de febrero pasado, estaba dirigida por un español, Fernando Castañón (Oviedo, 1950). Asesor jurídico de Naciones Unidas en diferentes misiones (la ex Yugoslavia, El Salvador, Nicaragua y Ruanda), incansable trabajador para construir la paz, Castañón ha estado en Bilbao para participar en el programa de conferencias Experiencias de cultura de paz en el mundo, que la sede vasca de la Unesco comenzó a desarrollar en 1998. Pregunta. ¿Cuál fue exactamente el trabajo encomendado a la comisión? Respuesta. La comisión debía esclarecer las violaciones de derechos humanos, y cito textualmente, "con toda objetividad, equidad e imparcialidad". Además, debía elaborar un informe con el resultado de las investigaciones sobre lo acontecido esos años y formular recomendaciones encaminadas a favorecer la paz. P. ¿Con qué presupuesto contó esta comisión? R. Casi 10 millones de dólares [unos 1.610 millones de pesetas; 96,7 millones de euros]. P. ¿Cuál es el saldo de víctimas? R. Se ha calculado que el saldo de muertos y desaparecidos llega a más de 200.000 personas. Sin embargo, víctima fue toda la población civil, la misma que sufre todas las guerras, todos los conflictos. P. ¿Cómo hay que afrontar el pasado? R. Las recomendaciones para favorecer la paz, que no tienen caracter vinculante, señalan que hay que establecer medidas para preservar la memoria de las víctimas, devolverles su dignidad, fomentar una cultura de respeto mutuo y observación de los derechos humanos, y fortalecer el proceso democrático. P. No borrar la memoria es importante. R. Fundamental. Una persona sin memoria no es persona. Una sociedad sin memoria tiene el riesgo de volver a caer en los errores del pasado. P. ¿Cómo se educa a un pueblo para la paz? R. Educar para la paz, en definitiva, es educar en la práctica de la tolerancia, del diálogo. Cuando un pueblo conoce su pasado y comprende a los demás ciudadanos, lo que ha pasado, se da cuenta de que muy a menudo no existían grandísimas discrepancias esenciales. P. ¿La paz es posible? R. Si algo he aprendido en mi experiencia en todos los trabajos que he tenido en Naciones Unidas es que los conflictos son evitables. Es importante la labor para la prevención. Sale más barato prevenir una guerra que repararla.

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