_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Aliados nacionalistas

El debate sobre el estado de la nación ha ofrecido a los aliados nacionalistas del Gobierno la oportunidad de clarificar sus nuevas posiciones: el PNV escenificó una ruptura de hecho; CiU marcó algunas distancias, pero garantizó su disposición a respaldar el Presupuesto del 2000, y Coalición Canaria confirmó su apoyo total hasta el término de la legislatura, después de renovar el pacto con el PP en el Gobierno insular. A Aznar le basta para poder agotar sus cuatro años de mandato. La conclusión más lamentable del debate es la incapacidad del Parlamento para aprobar una declaración compartida por todos sobre el proceso de paz en el País Vasco, que ocupó un espacio central en el debate y que subió de tono cuando ocupaban la tribuna los nacionalistas. El PP no logró consensuar un texto con el PNV, y este desacuerdo dio pie a la desbandada de todos los demás grupos parlamentarios. Tras presentar una lista de incumplimientos que, a juicio del PNV, justificarían la ruptura con el Gobierno después de tres años de apoyo legislativo, Anasagasti reprochó a Aznar -que tuvo sus momentos más brillantes en esta confrontación- haber criminalizado a los nacionalistas vascos por su acercamiento al mundo radical. El portavoz del PNV consideró injusto que no se reconozca la aportación de su partido al proceso de paz mediante unas conversaciones que a su juicio sentaron las condiciones políticas para la tregua. Aznar había aludido a la movilización social, la unidad de los demócratas y la firmeza del Estado de Derecho como causas determinantes. Es una discusión que seguirá abierta, pero que por sí sola más parece un pretexto que la causa de la ruptura.

Más información
El PNV impide que los partidos fijen una posición común sobre el fin de la violencia

Los nacionalistas siguen acusando al Gobierno de inmovilismo, y ayer presentaron varias propuestas instándole a tomar determinadas iniciativas. No son cuestiones para improvisar, y menos en medio del aluvión de mociones con que culmina, un tanto absurdamente, el debate del estado de la Nación. Pero es cierto que a un año del último atentado, hay condiciones para una política penitenciaria más audaz, que permita eliminar ese factor de permanente discordia. Tiene razón Aznar, sin embargo, al sostener que moverse no significa hacer concesiones: pagar un precio por dejar de matar significaría un premio por haber matado. Las indicaciones del Pacto de Ajuria Enea, arrimado por todos a sus tesis, son claras: es posible el diálogo con ETA si da garantías de cese definitivo, pero nunca sobre cuestiones políticas.

Por su parte, el portavoz de CiU, López de Lerma, se lamentó de la ingratitud de quienes no reconocen su contribución a la buena salud de la política y la economía española "desde 1993". Esa referencia puede considerarse un mensaje de su disponibilidad a volver a pactar con los socialistas si hay cambio de mayoría. De momento, garantiza al PP el respaldo para acabar la legislatura, eliminando una incertidumbre, pero también un pretexto para disolver anticipadamente: algo que, con elecciones catalanas en otoño, no gustaría a Pujol. Así, la aportación de CiU al debate también puede considerarse central para el futuro político inmediato.

El sondeo que publica hoy EL PAÍS sobre el debate indica varias cosas: que una mayoría de ciudadanos opina que Aznar estuvo más convincente que los demás portavoces y también que Almunia ha levantado el listón de los socialistas respecto al pasado. Y una realidad desmoralizadora, que debe hacer reflexionar a los políticos sobre la necesidad de revitalizar la vida pública: más de la mitad de los ciudadanos consultados, o no siguió el debate o no sabe/no contesta sobre el mismo. No puede ser que una de las actividades más importantes del Parlamento sea tan sólo una cosa de élites.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_