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DEBATE SOBRE EL ESTADO DE LA NACIÓN

Fracasa el intento de pactar una moción de todos los partidos sobre el fin de la violencia en Euskadi

Luis R. Aizpeolea

Los partidos políticos no consiguieron ponerse de acuerdo ayer para elaborar una moción conjunta sobre el final de la violencia en el País Vasco. La ruptura del consenso fue interpretada como un fracaso de todos los grupos. Pero, sobre todo, del jefe del Ejecutivo, José María Aznar, que había anunciado desde la tribuna del Congreso el pasado martes que dicho acuerdo era una prioridad política para él. También el secretario general de los socialistas, Joaquín Almunia, había anunciado su intención de respaldar un pacto de Estado sobre el proceso de paz en Euskadi.

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Los partidos nacionalistas vascos, PNV y Eusko Alkartasuna (EA), no aceptaron el texto conjunto del PP y el PSOE por insuficiente. Alegaron para su rechazo que el documento no se pronunciaba claramente por una inmediata flexibilización de la política penitenciaria del Ministerio del Interior y tampoco por la constitución de una mesa de partidos de ámbito vasco para resolver el "conflicto político" en Euskadi. En términos políticos, la falta de consenso de ayer fue la escenificación de la ruptura anunciada en el debate sobre el estado de la nación por el portavoz del PNV, Iñaki Anasagasti. El asunto empezó con pésimos augurios. Cuatro partidos presentaron otras tantas resoluciones sobre el final de la violencia: PSOE, PNV, EA e IU. La resolución socialista se acercaba a la que votó el Congreso por unanimidad el 15 de junio: flexibilización de la política penitenciaria acorde con el fin de la violencia y apoyo al Gobierno en sus contactos con ETA.

El texto del PNV, en cambio, utilizando como argumento una interpretación del artículo 8 del Pacto de Ajuria Enea, urgía a la constitución de una mesa de partidos de ámbito vasco -con la inclusión de HB- para la "resolución política del conflicto vasco".

Por su parte, EA defendía en su resolución un "cambio inmediato" en la política penitenciaria y reclamaba una declaración conjunta de los Gobiernos vasco y navarro sobre la búsqueda de "una solución política al conflicto vasco".

La resolución de IU apostaba por una "remodelación consensuada" de la política penitenciaria y abogaba por la creación de una doble mesa de diálogo de partidos: en Euskadi y Navarra.

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Populares y socialistas llegaron a un acuerdo a mediodía. Ignacio Gil Lázaro, del PP, se reunió con el portavoz socialista, Luis Martínez Noval, y acordaron un texto conjunto con la pretensión de atraer al consenso a los demás grupos.

El texto, de tres folios y algo farragoso, estaba basado en la declaración conjunta que aprobó el Congreso el pasado 15 de junio.

Gil Lázaro y el portavoz del PP en el Congreso, Luis de Grandes, convocaron a los partidos a primera hora de la tarde y la reunión, de una hora, terminó como el rosario de la aurora. Tanto Anasagasti como Begoña Lasagabaster, de EA, calificaron de "insuficiente" el texto y reclamaron compromisos concretos respecto a la política penitenciaria. También exigieron que el texto recogiera de manera clara un llamamiento a la convocatoria de una mesa de partidos, de ámbito vasco y sin exclusiones.

Populares y socialistas no la aceptaron y la mediación que intentó Felipe Alcaraz, de IU, quedó en agua de borrajas. Para los populares no cabía duda que el texto del PNV y EA era un remedo del pacto de Lizarra. Ni el PSOE ni Lasagabaster quisieron rasgarse las vestiduras por el fracaso.

Sin embargo, Anasagasti fue muy crítico. "No queremos volver a suscribir el mismo texto que apoyamos el 10 de noviembre y el 15 de junio. Entonces se pidió una flexibilización de la política penitenciaria y no ha habido ningún cambio, y ya está bien de venir aquí a cantar alabanzas a Aznar. No apoyaremos más textos de este tipo hasta que se cumplan los compromisos". Gil Lázaro tachó de "inmovilista" la posición del PNV.

A la vista de lo sucedido, el PP retiró la resolución conjunta de tres folios. El PSOE, IU, PNV y EA mantuvieron en el pleno sus resoluciones. Todas fueron derrotadas. El PP votó contra todas. El PSOE votó la suya. El PNV contó con el apoyo de EA y de CiU. E IU contó con su respaldo y el de los partidos nacionalistas vascos.

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