El Gobierno alemán aprueba un plan de austeridad para ahorrar 2,5 billones en el 2000

El canciller alemán, Gerhard Schröder, presentó ayer un plan de austeridad para ahorrar 30.000 millones de marcos (15.325 millones de euros, 2,5 billones de pesetas) en el 2000 mediante recortes en el presupuesto para reducir el déficit, que se calcula en 15.534 millones de marcos en 1999. Entre las medidas aprobadas están la reducción del impuesto de sociedades desde el 40% al 25% y la implantación de un impuesto ecológico, que provocará un encarecimiento anual de cinco pesetas por litro de carburante en los próximos cuatro años. El ingreso adicional irá a financiar pensiones.

Schröder calificó el plan aprobado ayer como "el más importante proyecto de reforma de la historia de Alemania". Acompañado de varios ministros, entre ellos el de Hacienda, Hans Eichel, y el de Trabajo, Walter Riester, el canciller expuso las líneas maestras del presupuesto para el 2000, después de que éste obtuviera por fin la luz verde del Gobierno, previo acuerdo en el seno de los dos partidos de la coalición gubernamental. Con el título de Renovar Alemania, el Gobierno presentó un programa para "asegurar el trabajo, el crecimiento y la estabilidad social", que supone en la práctica el intento de realizar una poda selectiva del Estado Social surgido en la postguerra. El plan recorta los presupuestos ministeriales, reforma las pensiones y aumenta los precios de la energía para generar mayores ingresos al Estado y financiar las pensiones. Schröder prometió que la reforma se llevará a cabo sin incremento de impuestos.

En el capítulo presupuestario, el plan contempla una reducción adicional a la prevista para este año y en los próximos cuatro años prevé un ahorro total de 150.000 millones de marcos. El Gobierno calcula que, de no adoptarse la medida, en el año 2000 habría 80.000 millones de marcos más de deudas y el monto total superaría los límites previstos por la Constitución y los criterios del Pacto de Estabilidad de la UE.

El Gobierno rebajará el impuesto sobre beneficios de sociedades del 40% al 25% de aquí al 2001 y los beneficios reinvertidos gozarán de un tratamiento fiscal privilegiado. Se incrementa el subsidio familiar en 20 marcos mensuales para acatar la decisión del Tribunal Constitucional que consideraba discriminadas las familias con hijos. En total, las familias gozarán de una reducción de 5.500 millones de marcos en impuestos.

También hay cambios en materia de pensiones. Durante los próximos dos años los incrementos no se regirán por la evolución de los salarios netos, sino por la inflación, para hacer frente al cambio de la estructura demográfica. El 2000, las pensiones crecerán un 0,7% y el 2001 un 1,6%. A partir del 2002, las jubilaciones volverán a orientarse hacia los ingresos. El nivel oscilará entre el 66% y el 67% de los salarios. Se planea una jubilación mínima para todos los ciudadanos que evite la pobreza en la vejez.

Se mantiene el programa para la creación de 100.000 puestos de trabajos juveniles, pero se planea una reducción del presupuesto para las oficinas de paro y de las subvenciones con este fin. El Gobierno recortará subvenciones, entre ellas la ayuda para la compra de combustible en la agricultura y a la construcción de viviendas sociales. Además, se gravarán fiscalmente los seguros de vida que funcionan como inversión a plazo fijo, distinguiéndolos de los seguros para la vejez.

A las cotizaciones de las pensiones de vejez se destinarán los ingresos procedentes del impuesto ecológico, que se ha introducido este año y que se ampliará con nuevas contribuciones. En los próximos cuatro años los hidrocarburos se encarecerán seis céntimos de marco anuales y la electricidad 0,5 centimos. Esto permitirá disminuir en un punto la contribución a las pensiones.

También se recortan las subvenciones al carbón, la investigación en nuevas formas de energía, seguridad de energía nucler, programas espaciales y Airbus. Los sueldos de los funcionarios quedarán congelados.