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Reportaje:

El voto infiel de CiU va cada vez más al PP

Andreu Missé

El Partido Popular se está convirtiendo en el principal receptor de los votantes infieles que votan a Convergència i Unió (CiU) en las elecciones autonómicas y al partido de José María Aznar en las generales. La evolución de los electores cambiantes de voto, según concurran a elecciones generales o autonómicas, es uno de los aspectos más sugestivos del trabajo elaborado por los profesores Isidre Moles y Oriol Bartomeus, del Instituto de Ciencias Políticas Sociales (ICPS), adscrito a la Universidad Autónoma de Barcelona. El análisis de Moles y Bartomeus se basa en los sondeos anuales elaborados por el ICPS entre 1990 y 1998 sobre unas muestras de 1.200 a 2.000 encuestas, según los años. El estudio señala que una amplia mayoría de los encuestados (entre el 68% y el 79%) son electores fijos; es decir, que afirman votar al mismo partido tanto en las elecciones generales como en las autonómicas. Por el contrario, los encuestados que recuerdan haber cambiado de voto, o sea, los electores cambiantes o infieles, oscilan entre el 21% y el 32% de la muestra. Históricamente, el grupo más numeroso de cambiantes de voto lo integraban los ciudadanos que votaban a CiU en las elecciones autonómicas y al Partit del Socialistes de Catalunya (PSC) en las generales. Este grupo representaba durante los últimos años en torno al 20% de todos los votantes cambiantes y el 6% del conjunto de los encuestados. El PP se centra No obstante, a partir de 1996, aparece un segundo grupo de electores infieles cada vez más numeroso. Se trata de los ciudadanos que manifiestan haber votado a CiU en las elecciones autonómicas y al PP en las generales. Este es el único grupo que muestra una clara tendencia creciente, que ha pasado de representar menos del 2% de los encuestados en 1991 a más del 5% en 1998. En términos absolutos, este segundo grupo de votantes cambiantes fue el más numeroso al reunir a 106 encuestados de los 2.000 del sondeo de octubre de 1998. Estos datos confirman otra de las conclusiones más significativas de este working paper: es la que subraya la evolución del electorado del Partido Popular "hacia los espacios centrales, más poblados, que le comportan no sólo un aumento de votantes fijos, sino sobre todo una mayor capacidad de atracción de votantes cambiantes de voto en las elecciones generales a partir de 1996". En concreto, el estudio destaca que el 70% de los votos del Partido Popular a las elecciones generales es debido a la incorporación de electores de CiU en las elecciones autonómicas. Para explicar la evolución del voto, el trabajo del ICPS se apoya en distintos diagramas sobre dos. Uno horizontal que refleja la evolución del voto de izquierda a derecha y otro eje vertical que recoge el sentimiento de pertenencia de los votantes, catalán (arriba) y español (abajo). La mayoría de los electores se sitúa en el cuadrante superior izquierdo; es decir, hay una cierta concentración del voto hacia las formaciones que se identifican como catalanistas y de izquierda. A lo largo del periodo analizado (1991-1998), el núcleo de votantes del PSC se sitúa "principalmente en el centro izquierda y en el sentimiento de pertenencia dual (me siento tan español como catalán) en una área muy compacta". Los electores de Convergència, por su parte, se concentran en una nube muy compacta situada en el centro y en el espacio más catalán que español. En general, los centros de gravedad de cada partido se desplazan dentro de unos espacios relativamente reducidos a lo largo del periodo y en general no parecen progresar demasiado. Para el profesor Isidre Molas, "cada vez se puede hablar menos de un electorado estrictamente nacionalista o socialista". En su opinión, los ciudadanos votan cada vez más tomando en consideración sus propios criterios y la coyuntura. Áreas de frontera Otra conclusión significativa de este documento de trabajo es que "la oscilación de los electores cambiantes provoca un movimiento en las fronteras interpartidistas, de manera que éstas no pueden establecerse de una manera cortante. En pocas palabras, no son estables. Precisamente debería hablarse más bien de la existencia de unas áreas de frontera y no de unas líneas estables que se van modificando en una lenta o rápida progresión". En los cuadros adjuntos se aprecia el distinto comportamiento del electorado según se trate de elecciones autonómicas o generales. En el caso de los comicios autonómicos de 1995 se aprecia una profunda penetración de Convergència en los espacios electorales de voto españolista y de derecha (la franja de frontera se desplaza hacia abajo). En cambio, en las elecciones generales de 1996, los partidos socialista y popular penetraron intensamente en el campo nacionalista. En este caso, la marca de frontera se desplaza hacia arriba en el diagrama, disputando el voto más de izquierda y nacionalista, cuyo exponente más significativo parece representar Esquerra Republicana de Catalunya.

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