Mayor control sobre las 3.530 licencias para vigilantes
El clima de violencia vivido en el País Vasco hasta la tregua de ETA, con el riesgo de atentados contra instalaciones y secuestro de personas para cobrar un rescate, provocó años atrás un espectacular crecimiento de las empresas de seguridad, claramente superior al general que ha experimentado el sector en toda España. Este desarrollo se ha visto acompañado por un control legal mucho más exigente y restrictivo en la cuestión de las armas. En la actualidad, existen en el País Vasco 3.530 licencias del tipo C, que engloba a las destinadas a vigilantes de seguridad, a pesar de que el número de armas utilizadas en este campo es algo menor. "Este hecho se produce porque los permisos pertenecen a las empresas de seguridad, no a los vigilantes", puntualiza Enrique Montilla. "Estas firmas tienen una reserva de licencias en función del destino que tengan sus empleados", concreta. En fechas recientes se han ampliado las exigencias para dichas empresas, entre las que se encuentra la obligatoriedad de un certificado que acredite las condiciones psicológicas óptimas de los trabajadores susceptibles de portar armas. Además del tradicional reconocimiento realizado por el Cuerpo Nacional de Policía, la Guardia Civil lleva a cabo ahora otro control médico que acredite las aptitudes físicas y mentales de quien va a utilizar el arma. También se establece la necesidad de realizar entre dos y cuatro pruebas de tiro anuales. Además de los vigilantes, el instituto armado acredita la existencia en Álava de 16 armas homologadas destinadas a guardias de campo y 20 más para vigilantes de explosivos en esta provincia.
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