Las urnas obligan a IU y UA a plantearse una fuerte reestructuración económica y de personal
A IU y a UA no les salen las cuentas. Tras el bajón electoral de las autonómicas de octubre y la confirmación de su crisis en las municipales y forales del pasado día 13, sus ingresos se han visto reducidos, sólo en subvenciones electorales, en más de un 30%. Cantidades que en el caso del Parlamento suponen una caída dineraria de casi la mitad respecto a la anterior legislatura. Ambas formaciones afrontan ahora una reestructuración económica con el objetivo de minimizar las consecuencias que el severo descenso de sus ingresos pudiera tener en materia de personal.
Los datos económicos lo dicen todo. Izquierda Unida ingresó en concepto de subvenciones electorales por votos conseguidos en las autonómicas de octubre y por circunscripción en que ha logrado representación un total de 15,6 millones de pesetas, frente a los 24,3 millones de 1994. Y respecto a las municipales, las subvenciones que paga el Estado -por concejales electos, por votos a las listas con representación y por electores en una provincia, con determinadas condiciones, para pagar el buzoneo- alcanzarán 4,2 millones, mientras que en 1995 sumaron nueve millones. Una situación presupuestaria que se agrava en el Parlamento de Vitoria, donde la bajada de seis diputados a dos y la pérdida de grupo parlamentario propio va a hacer que de los 30 a 33 millones anuales que la federación de izquierdas ingresó la pasada legislatura, este año y los sucesivos hasta 2002 apenas sí va a superar los 19,9 millones. Sólo en Guipúzcoa, IU perdió en octubre siete millones de subvención, al quedarse sin escaño en este territorio -cinco millones correspondientes a la circunscripción y cien pesetas por cada uno de los 18.552 votos que consiguió, pero sin lograr diputado-. Con ese panorama, IU está evaluando el impacto económico de su crisis electoral en su estructura interna con el objetivo de tomar las medidas oportunas antes de su asamblea de octubre, en la que habrán de renovarse los cargos públicos y presentar el balance de la gestión política y económica. Esfuerzo de austeridad La crisis dineraria ha llegado pese al esfuerzo de austeridad del que han hecho gala los políticos de IU en la campaña de las municipales y forales, en que su gasto fue muy ajustado. Pero sólo en subvenciones electorales ha bajado de los 33,3 millones que tuvo en las anteriores autonómicas y municipales de 1994 y 1995, a 19,9 millones entre los comicios de 1998 y los del pasado domingo. "La situación es preocupante", declaró ayer un portavoz de la dirección de IU, "porque es un freno a la estructura de la que nos habíamos dotado, y pone en peligro la continuidad de trabajadores, aunque vamos a estudiar las fórmulas habidas y por haber para que la gente que trabaja con nosotros siga haciéndolo, aunque sea de otra manera". En el caso de Unidad Alavesa, la situación es similar, aunque el impacto es algo menor que en IU. Los foralistas, que en las municipales de hace cuatro años arañaron unas subvenciones de 2,8 millones de pesetas, esta vez se han quedado en 1,1 millones. Este problema ya se apuntó en las autonómicas. Sólo en subvenciones, los foralistas obtuvieron por sus resultados de octubre 6,4 millones de pesetas, frente a los 7,5 de la campaña anterior. Pero el verdadero crack también, como en el caso de IU, se ha producido por las consecuencias de esa bajada en las subvenciones del Parlamento. Perder el grupo parlamentario propio y pasar al Mixto, que UA comparte ahora precisamente con los de Javier Madrazo, y bajar de cinco a dos parlamentarios supone descender de unos ingresos anuales de 30 millones de pesetas a los 13,9 que este ejercicio recibirá UA. Entre los ingresos del Parlamento vasco y las subvenciones electorales, UA dejará de ingresar entre un 50% y un 60% menos de lo previsto por estos conceptos. Visualizando los ingresos para toda la legislatura, la formación de Pablo Mosquera pasará de los 120,6 millones de pesetas que pudo gastar el pasado cuatrienio a tener que apretarse el cinturón hasta los 55 millones. Si a eso se le suma que los foralistas han hecho una campaña económicamente fuerte para intentar recuperar cuota de poder político tras su escisión, la situación se les complica aun más. Pérdidas económicas que se suman al también descenso de las subvenciones que ingresarán por grupo en las Juntas Generales alavesas y por juntero obtenido. UA ha pasado de un grupo con nueve a tener exclusivamente dos. Fuentes de este partido han indicado que UA "está haciendo un esfuerzo de adaptación" a la nueva situación, pero descartan cualquier tipo de "medida traumática" en el seno de la organización. "Somos un partido austero", insisten.
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