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El director Hannes Holmes asegura que el cine sueco también puede hacer reír

El realizador presenta la comedia "Eva y Adán"

Elsa Fernández-Santos

El director sueco Hannes Holmes no parece tener demasiada simpatía por el padre del cine sueco, Igmar Bergman. Su comedia Eva y Adán se ha convertido en la película más taquillera de la historia de su país y ayer, en Madrid, el director se empeñó en convencer que en Suecia "también podemos hacer reír". "Bergman es el cine sueco y es difícil vivir eternamente a su sombra", señaló el actor Björn Kjellman. "Bergman odia el humor", añadió Holmes.

Empeñados en demostrar que el cine sueco no es sólo "triste y deprimente", los dos directores de Eva y Adán (Hannes Holmes y Mans Herngen) han logrado que su película -la historia de un matrimonio joven que, después de cuatro años de matrimonio, empieza a aburrirse- logre eco internacional no sólo por el éxito de taquilla que ha tenido en su país, sino como una declaración de principios contra "la losa" que significa en su país el nombre de Bergman. Curiosamente, Holmes cita a Woody Allen (uno de los grandes amantes del cine de Bergman) como uno de sus referentes y cita una frase suya para explicar qué es para él la comedia: "Como dice Woody Allen, la comedia es la tragedia desde la distancia; la comedia es la tragedia vista desde la perspectiva que da el paso del tiempo". Eva y Adán, que se estrena hoy en España y de la que los estudios de Hollywood pretenden hacer un remake para EEUU, es una comedia romántica que precisamente empieza donde acaban la mayoría de las comedias románticas norteamericanas: cuando el chico y la chica, enamorados a primera vista, deciden casarse. Lo que ocurre después (infidelidad, venganza, dudas, aburrimiento y los inevitables mareos) centra el argumento de la película. "Durante un mes nos dedicamos a contemplar nuestras vidas y las de nuestros amigos y hablar sobre ella. A partir de ahí escribimos el guión basándonos en el mundo que nos rodeaba. Fue un trabajo muy laborioso, realizamos 11 versiones y no dejamos ni un hilo suelto, fuimos al rodaje con todo muy atado y después de un mes de ensayos con los actores", asegura Holmes, que ayer presentó en Madrid la película con el actor protagonista, Björn Kjellman.

Matar al padre

Quizá como estrategia de promoción, Holmes y Kjellman salpican su discurso con constantes alusiones a Bergman y su tribu familiar ("cuando estrenamos la película, la prensa le dedicó mucha más atención a la última película del hijo de Bergman"). Director y actor aseguran que Suecia, un país en el que se producen al año una media de 20 películas, consume mucho cine nacional y entre ese cine hay muchas comedias cuyo humor es difícil de trasladar a otros países. Su película, sin embargo, ha logrado por primera vez exportar ese humor. Sobre Bergman, insistiendo en la táctica de matar al gran padre, añadieron: "Es evidente su empeño en desterrar cualquier asomo de humor de su cine, es evidente que odia el humor".

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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