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Astilleros culpa a la plantilla de Sevilla de frenar futuros contratos

El presidente de Astilleros Españoles SA (AESA), Marcelino Alonso, denunció ayer el alto índice de conflictos laborales que registra la factoría de Sevilla. Alonso dijo que, debido a las continuas movilizaciones de la plantilla, se podrían estar "frenando" las operaciones en marcha con varios inversores para la contratación de barcos. El centro sevillano ha perdido 200.000 horas de trabajo con el consiguiente retraso en la entrega de los buques que actualmente se están construyendo, lo que obligaría al astillero a hacer frente al pago de penalizaciones a las navieras por valor de 10.000 dólares al día. El presidente del comité de empresa, Ignacio Sánchez, admitió las quejas de la dirección, pero argumentó que las huelgas y movilizaciones convocadas estaban justificadas por la falta de carga de trabajo que garantice la continuidad de la planta. El representante de UGT, Manuel Adrián, indicó que el problema tiene fácil solución: "Pondremos fin a las movilizaciones cuando vengan barcos". En el transcurso de la botadura de uno de los dos barcos de carga y pasajeros que se están construyendo para el grupo británico Cenargo, un acto al que asistieron Alonso y el presidente de Cenargo, Michael Hendry, los trabajadores volvieron a reclamar nuevas contrataciones para garantizar el empleo a los 364 operarios de la plantilla y a los 800 dependientes de empresas auxiliares. El comité de empresa también expresó su temor a que AESA no busque nuevos inversores para "justificar el cierre" de la factoría, tal y como se propuso en 1995. Esto fue rechazado por el máximo responsable de los astilleros, que descartó la existencia de "una campaña orquestada" contra Sevilla. Marcelino Alonso añadió: "No existe voluntad de cerrar ninguno de los centros de la compañía". "Lo que sí es cierto", añadió, "es que estamos ante un momento muy delicado de mercado". Alonso se refería a la competencia desleal de los astilleros asiáticos, donde se ofertan precios un 10% más bajos que en 1990. Actualmente existen negociaciones con navieras de Argelia e Italia.

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