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El PP teme a las alianzas

El GIL cede la mayoría absoluta en tres de sus cuatro alcaldías

Lourdes Lucio

El resultado de las elecciones municipales en las ocho capitales de provincia dejó un mal sabor de boca en el Partido Popular en Andalucía, pese a que ganó en cuatro de ellas por mayoría absoluta y en el resto encabezó la lista más votada. Los socialistas, que no consiguieron por sí mismos ganar en alguna de las capitales, salen reforzados de los comicios del domingo en el cómputo regional: es el partido más votado en Andalucía, tienen más alcaldes y concejales que en 1995, mantienen su poderío en las zonas rurales y, sobre todo, empiezan a salir del bache electoral en los grandes núcleos urbanos. Los pactos entre las fuerzas progresistas pueden descabalgar a los conservadores de las alcaldías de Granada, Almería y Córdoba, mientras que en Sevilla, el andalucista Alejandro Rojas-Marcos se convierte en el árbitro de la situación.

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La popular Soledad Becerril revalidó su triunfo en Sevilla por tan sólo 2.237 votos y un concejal de diferencia frente al socialista Alfredo Sánchez Monteseirín. Ambos son los ganadores en la capital andaluza, mientras que la cruz de la derrota recae en Rojas-Marcos, que pasa de nueve a seis concejales. El candidato, presidente y fundador del PA tiene que tomar una decisión: repetir la alianza que mantiene con el PP desde 1991 o traspasar su apoyo al PSOE. También podría no pactar con ninguno de los dos y dejar que gobierne la lista más votada con apoyos puntuales. Desde el PSOE se empezó a insistir ayer en el mensaje de que el matrimonio anterior entre PP y PA no le ha dado ningún plus a Rojas-Marcos en las dos últimas legislaturas municipales. En la primera fue alcalde, cargo que tuvo que ceder en 1995 al obtener el Partido Popular más votos. Los socialistas creen que el acuerdo con Izquierda Unida en Córdoba y Almería está al alcance de la mano. Rosa Aguilar (IU) podría recuperar el gobierno que ya alcanzara en su día Julio Anguita, apoyada por los socialistas, lo que pondría una pequeña luz en el agujero negro en el que ha caído la federación en toda España y que en Andalucía le ha supuesto la pérdida de 199.912 votos respecto a 1995.

Almería, por el contrario sería para el PSOE, al igual que Granada capital, donde su peculiar alcalde en funciones, Gabriel Díaz Berbel, ha anunciado que abandonará el ayuntamiento si no tiene el bastón de mando.

El pacto en Granada sería a tres bandas: PSOE, IU y Partido Andalucista, que consigue un concejal después de 16 años. En 1979 los nacionalistas fueron los más votados en la capital de la Alhambra, pero prefirieron cederla al PSOE por la de Sevilla, raíz de los pactos entre la izquieda. Fue un error histórico que pagaron muy caro desde el punto de vista institucional y orgánico, ya que la implantación territorial del PA en la franja oriental de Andalucía se cortó en seco y se concentró en la provincia de Cádiz y, en menor medida, la de Sevilla.

El nuevo concejal andalucista de Granada, Jesús Valenzuela, que se declara ideológicamente de centro izquierda, va recibir ofertas a diestra y siniestra. Convertido en una especie de héroe andalucista tiene la llave del ayuntamiento ya que su escaño puede dar la alcaldía a Díaz Berbel o al socialista José Moratalla, quien forzosamente tiene que contar también con IU. Ayer reivindicó el derecho de su partido en Granada a tomar una decisión autónoma, al margen de las directrices de la cúpula nacional.

PP y PSOE van a escudriñar el mapa municipal de las 769 ciudades de Andalucía en busca de pactos con el PA, cuyo secretario general afirmó antes de las elecciones que no habrá pactos globales con nadie, ni siquiera con el PSOE con quien forman coalición en el Gobierno autonómico.

Los conservadores van a proponer a los nacionalistas que gobierne la lista más votada, oferta que claramente les beneficia en Granada y Sevilla, pero habría que saber a cambio de qué. En este sentido, el PSOE tiene más cartas de la baraja de pactos en la mano para intercambiar, como la Diputación de Cádiz, donde los socialistas tienen 11 diputados provinciales y el PA, 7. Desde este partido se pidió ayer entrar en el gobierno de la provincia.

La dirección del Partido Andalucista mantuvo ayer por la tarde una reunión para analizar los resultados y no desveló sus cartas. Se mirará pueblo a pueblo y ciudad a ciudad y se primará el criterio de la gobernabilidad, mensaje que caló en el electorado en los comicios autonómicos de 1996, tras la pinza que formaron IU y PP en el Parlamento andaluz sobre el Gobierno de Manuel Chaves. De Sevilla, no hubo ni una palabra.

El Grupo Independiente Liberal (GIL) creado por Jesús Gil se convierte en la quinta fuerza política de la comunidad. Obtiene un total de 67.619 votos (el 1,81%) y seis alcaldías: las de Marbella (Málaga) y La Línea de la Concepción (Cádiz) por mayoría absoluta; Ronda, donde desbanca al PSOE como partido más votado; y Casares, Estepona y Manilva. Sin embargo, en estas tres últimas pierde la mayoría absoluta, aunque se mantiene como el más votado. Saca también representación en las diputaciones de Málaga y Cádiz, si bien hay un acuerdo tácito entre partidos para no pactar con sus representantes ni en este órgano ni en las mancomunidades de municipios.

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