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Villalobos redujo la campaña a actos populistas en los barrios y el PSOE se volcó en la provincia

La campaña electoral que ayer se cerró en Málaga no resiste comparación con la de hace cuatro años. Todas las encuestas han vaticinado que Celia Villalobos logrará mayoría absoluta y los candidatos parecen resignados a dar por bueno el pronóstico. Sobre todo para quien la corriente es más favorable: el PP no ha celebrado ni un sólo acto central en la ciudad, a la que tampoco ha desplazado ningún dirigente. Los ministros sí se han prodigado en la provincia, ante el temor de que el PP pueda perder la Diputación. Y también en los pueblos se han centrado los consejeros de la Junta.

Villalobos excusa que no podía dedicarse toda la jornada a la campaña electoral "porque hay que seguir gestionando y los malagueños no me lo perdonarían". La realidad es que la alcaldesa casi ha prescindido de hacerla, e incluso renunció a seguir la carrera de inauguraciones que emprendió en la precampaña. Restringió también su participación en debates, sólo uno frente a los más de 20 que hizo en 1995. No ha requerido la presencia de ningún dirigente nacional o regional para arroparla y, en lugar de reunirse con colectivos ciudadanos, ha buscado el encuentro directo en la calle con los vecinos. Su labor se ha limitado a sacar cada día un rato para acudir a los barrios, principalmente de la zona oeste de la ciudad, los más humildes, en los que ha exagerado su discurso populista. Villalobos, que comenzó la campaña prometiendo "talleres para que los hombres aprendan a freir huevos", ha acabado proclamándose la principal marujona de la ciudad y ha ofertado a las malagueñas clases de aerobic. En estos encuentros ha repetido hasta la saciedad: "Que Celia Villalobos no se cambia de careta, que Celia Villalobos es la misma mujer que para algunos puede parecer vulgar. Me llaman mari, marujona, y yo digo que estoy muy orgullosa de ser la marujona más marujona de toa Málaga". En cambio, los dirigentes provinciales del PP han desplegado una intensa campaña en la provincia, por la que se han paseado los ministros Rafael Arias Salgado (Fomento) e Isabel Tocino (Medio Ambiente), así como el secretario general, Javier Arenas. El primero dejó una larga lista de promesas, en la que incluyó el inicio de las obras del AVE Córdoba-Málaga para finales del próximo año. El AVE ha sido una vez más una de las principales armas con la que los dos principales partidos, PSOE y PP, se han cruzado mil y un reproches. Pero este debate ni siquiera lo ha protagonizado el candidato socialista a la alcaldía, Francisco Oliva, sino los consejeros de la Junta y el propio presidente, Manuel Chaves. Oliva admite que pudo verse "relegado", pero entiende que la Junta era "actor principal" porque el Gobierno le ha cuestionado todas sus iniciativas. Pero esta disputa ha sido a distancia. Tampoco los consejeros de la Junta se han prodigado en Málaga, donde desde que se inició la campaña únicamente el titular de Presidencia, Gaspar Zarrías, ha participado en un mitin. Fue en un barrio a la misma hora en que la ciudad celebraba en la calle el ascenso del Málaga a Primera División. El pasado jueves día 3 la consejera de Economía, Magdalena Álvarez, entregó los premios a los mejores empresarios jóvenes, pero durante su estancia en Málaga ni siquiera se vio con el candidato socialista a la alcaldía. También Guillermo Gutiérrez, sucesor de Oliva en la Consejería de Trabajo, inauguró el jueves en Benalmádena unas jornadas sobre parques tecnológicos, pero no incluyó en su agenda ningún acto de campaña. Álvarez sí ha hecho campaña en la provincia, donde también han estado Carmen Hermosín, Paulino Plata, o Francisco Vallejo. En cambio, el PSOE es el único partido que ha contado en Málaga con su secretario general, Joaquín Almunia, y su cabeza de lista a las europeas, Rosa Díez, el primer día de campaña. También estuvo el presidente de la Junta, Manuel Chaves. El coordinador general de IU, Julio Anguita, estuvo en Málaga antes de la campaña para presentar la candidatura que encabeza Rafael Rodríguez. El secretario de política municipal del PSOE , Rafael Centeno, opina en cambio que la organización se ha volcado en Málaga, porque es en la capital donde se decide la Diputación y que si la campaña ha resultado "insulsa y plana" es porque "a la derecha no le ha interesado que sea de otra forma porque cree que tiene su electorado muy movilizado".

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