Milosevic se proclama victorioso por haber preservado la integridad territorial yugoslava

, La rauda retirada de convoyes militares serbios de Kosovo y un extraordinario mensaje del presidente yugoslavo Slobodan Milosevic marcaron ayer el final del más reciente drama en los Balcanes tras once semanas de intensa ofensiva aliada. Esas imágenes abrieron simultáneamente una era incierta para el desgastado Gobierno de Belgrado que volvió a proclamar "victoria" mientras tropas de la OTAN se aprestaban a tomar pleno control de la provincia de Kosovo para facilitar el retorno de casi un millón de refugiados albanokosovares musulmanes. Encaramados en camiones, vehículos blindados, remolques, autobuses, cisternas y hasta ambulancias, muchos de los soldados que emprendieron la retirada hacia Serbia sonreían a las cámaras. Otros hacían el saludo típico de unidad serbia: tres dedos en alto. Misteriosamente, ninguno de los vehículos parecía dañado. Milosevic, que desde el estallido de la ofensiva hace once semanas no se había presentado ni una sola vez ante la televisión, dirigió un mensaje de diez minutos a su país. Flanqueado por una bandera yugoslava, habló de pie, con aplomo y una solemnidad acentuada por su traje oscuro. Dijo que fue una "lucha heroica de todo el pueblo, que consiguió llevar nuestro problema al ápice de la pirámide de la autoridad mundial, las Naciones Unidas". Milosevic, cuyo futuro se presenta cada vez mas incierto a causa de señales de descontento por la catastrófica conducta de su Gobierno en este conflicto, trató de minimizar las bajas sufridas por el Ejército afirmando que en 78 días de los más intensos bombardeos aéreos de la historia perecieron 462 soldados y 114 policías especiales. "Nuestra deuda con esos caídos es continuar la lucha por la dignidad y libertad por la que dieron sus vidas". "La conclusión más corta de esta agresión es que el pueblo es el héroe", dijo. No dio cifras de bajas civiles ni hizo referencia directa a la magnitud de la destrucción de la infraestructura económica. "El pueblo tiene que comportarse heroicamente: con dignidad, nobleza y dignidad", dijo, haciendo un llamamiento a la unidad para reconstruir el país. "No hemos entregado Kosovo", afirmó categóricamente en obvia respuesta a sus adversarios, que le acusan de haber conducido al desmembramiento de Yugoslavia mediante la imposición de un protectorado indefinido sobre Kosovo. La integridad territorial de Yugoslavia, agregó, "no puede ser puesta en cuestión", pero dejó la puerta abierta para negociaciones de autonomía. Nebojsa Vujovic, portavoz del Ministerio de Exteriores, que describió el acuerdo que pondrá a millares de tropas de la OTAN en Kosovo como "un triunfo moral", afirmó que el Gobierno cooperará en las tareas de retorno de los aproximadamente 850.000 refugiados albanokosovares, pero insistió en que el Gobierno yugoslavo deberá tener el control del reingreso a fin de impedir "la infiltración de terroristas y separatistas". Milosevic debe enfrentarse en los próximos días a la desintegración de la coalición de Gobierno formado por los socialistas, la izquierda unida y los ultranacionalistas radicales, que controlan 80 escaños en el Parlamento serbio. El fogoso líder máximo de estos últimos, Vojislav Seselj, anunció ayer su posible salida del Gobierno porque consideran el arreglo con la OTAN una imperdonable capitulación.