Sarrià protesta por el trato "discriminatorio" que recibe del Ayuntamiento
Vecinos y comerciantes de Sarrià se manifestaron ayer tarde para protestar por el trato "discriminatorio" que, según afirman, les da el Ayuntamiento. Unas 300 personas salieron a la calle para quejarse de la sobreexplotación urbanística del barrio, que no respeta ni edificios catalogados, como el recientemente derribado en la calle de Sant Pere Claver, y de la que es otro ejemplo la operación de la Illa Sandoz, cuya edificación contribuirá a aumentar la densidad de la zona. La lista de agravios ha ido creciendo; mientras, la asociación de vecinos aguarda desde hace un año que los responsables municipales la reciban. Representantes de dicha asociación insistían ayer en que los habitantes de este barrio barcelonés se sienten discriminados respecto a los de otras zonas de la ciudad porque, aseguraron, los recursos invertidos en el último mandato así lo demuestran. La pancarta que abría la marcha desde la plaza de Artós rezaba: "Sarrià maltratado. ¿Somos o no somos Barcelona?". Los vecinos reclaman un plan global para el casco antiguo de Sarrià que ataje los problemas circulatorios, agravados por las últimas obras municipales, que en muchos casos se han realizado sin planificación previa. El tráfico y los problemas ocasionados al convertir en peatonal la calle Major, lo que dificulta el acceso al barrio, fueron ayer dos de los problemas más repetidos. Tampoco se salvó de las críticas el túnel de General Mitre, calificado de "absurdo" en el manifiesto que vecinos y comerciantes entregaron ayer tarde en la sede del distrito. Las asociaciones convocantes responsabilizan de la situación de abandono sobre todo al Ayuntamiento, y no tanto al concejal del distrito, el convergente Jaume Siurana, por entender que es la casa gran la que determina las prioridades y los recursos que destinan a cada distrito. También en Sarrià, como en otros puntos de la ciudad, echan de menos equipamientos destinados a ancianos con pocos recursos. Por otra parte, la Guardia Urbana fue objeto de un fuerte varapalo porque, según los vecinos, apenas se la ve por Sarrià para controlar los excesos de velocidad.
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