Duran atribuye el "fracaso de los socialistas" a la falta de liderazgo sólido y proyecto político
El presidente del comité de gobierno de Unió Democràtica (UCD), Josep Antoni Duran Lleida, acusó ayer en Lleida a los socialistas catalanes de haber fracasado en todos sus proyectos políticos por falta de un liderazgo sólido, algo que en su opinión no sucede en la coalición nacionalista porque detrás de los candidatos y de las personas "hay un proyecto creíble". Dos horas más tarde, Jordi Pujol, en Tarragona, ponía como ejemplo de gestión municipal al alcalde de Tarragona, el convergente Joan Miquel Nadal, imputado en dos presuntos delitos de prevaricación y tráfico de influencias.
La cúpula de Convergència i Unió (CiU) estuvo ayer de bolos en Tarragona y Lleida. El repertorio varió poco del guión trazado el martes en Girona. Sin embargo, los mítines de ayer tenían el aliciente de celebrarse en territorio que pertenece o ha sido anteriormente de CiU: las alcaldías de Tarragona y Lleida, respectivamente. Y ahí fue donde el líder democristiano, que intervino en el acto de cierre de campaña en Lleida junto a Jordi Pujol y Pere Esteve, quiso remachar el clavo contra el alcalde socialista, Antoni Siurana, de quien dijo que no tiene ningún proyecto válido para la ciudad. "Sólo hay que comparar los dos modelos", dijo. "El socialista que representa Siurana es un modelo sin liderazgo y sin proyectos porque Maragall lo dejó a medio hacer, Borrell lo dejó antes de empezar y Felipe González, que lo debería dejar, no lo acaba de dejar nunca". Duran Lleida añadió que CiU tiene más credibilidad que el PSOE y el PP porque, además de tener un proyecto para cada municipio y para el conjunto de Cataluña, no necesita reforzar su identidad con líderes de fuera. El líder democristiano criticó la política municipal de Siurana y afirmó que Lleida necesita un alcalde que gobierne para todos y que se preocupe de los problemas de todos. "La ciudad tiene el mejor equipo de urbanismo, pero no el mejor equipo humano ni la mejor conciencia social. Necesitamos un alcalde que deje la prepotencia en casa y que esté dispuesto a servir a los ciudadanos en lugar de servirse de ellos", dijo refiriéndose a Siurana, aunque en ningún momento citó los dos escándalos municipales que se han destapado en los últimos meses: las basuras y las encuestas electorales pagadas por el Ayuntamiento. Este apartado le correspondió al candidato local de CiU, el convergente Josep Giné: "Lleida no se merece tener un alcalde que está a punto de ser condenado, que sólo quiere salvar su piel y que promete lo que no tiene a cambio de un voto". Alabanzas a Nadal Por el contrario, el presidente de CDC, Jordi Pujol, calificaba ayer la gestión municipal del alcalde de Tarragona, Joan Miquel Nadal, de ser un modelo para los convergentes y un ejemplo de un actuación hecha con "audacia, ilusión e imaginación". A diferencia de la intervención que Pujol realizó en el mitin de apertura de campaña, en el que recordó los malos momentos por los que Nadal ha pasado por las dos investigaciones judiciales que contra él se mantienen en el Supremo, en su intervención de ayer Pujol obvió en todo momento cualquier alusión al respecto. Pujol, que intervino ante un millar de personas en el mitin de cierre de campaña de Tarragona en el Camp de Mart, aseguró que su presencia en la ciudad no obedecía a la necesidad de dar apoyo a Nadal en su candidatura "dado que es un hombre que se apuntala solo". Tanto en Tarragona como en Lleida, Pujol reiteró el mensaje que viene utilizando en los últimos días de campaña. Dijo que existe una voluntad por parte de muchos alcaldes socialistas de Cataluña de "enmascarar y ocultar" las inversiones municipales de la Generalitat. "CiU tiene una visión global de país", añadió, "y nunca hemos sido sectarios ni hemos discriminado a nadie por el hecho de ser de otro partido". Pujol presentó a CiU como una garantía de estabilidad, convivencia y gobernabilidad y como la única fuerza que en las anteriores legislaturas ha sido capaz de frenar todas aquellas iniciativas que perjudican a Cataluña, en especial a los sectores productivos. "El PP no pudo frenar a los socialistas, nosotros sí. Por tanto, si se ha de frenar a algún papu, sea el PP o el PSOE, seremos nosotros", aunque también asumió que puede llegar el día en que no puedan hacerlo. "Cuando los dos se pongan de acuerdo para mantener a raya o arrinconar al nacionalismo vasco y catalán, ese día no los podremos frenar", advirtió.
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