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ELECCIONES 13-J

Almunia desprecia el veto del PP a Solbes y afirma que Europa reclama a los ex ministros socialistas

El anuncio del PP de que pedirá al Gobierno que vete al ex ministro socialista Pedro Solbes como comisario europeo no inquieta, al parecer, en el PSOE. Su secretario general, Joaquín Almunia, respondió a esa advertencia recordando que los ex ministros socialistas son reclamados para los cargos europeos más importantes, por lo que no es necesario defenderlos. El trasfondo de esta polémica, el caso del lino y los ataques del PSOE a Loyola de Palacio, lleva al PP a perseverar en su intento de volver esas acusaciones contra el presidente de Castilla-La Mancha. Javier Arenas, secretario general del PP, aseguró que la responsabilidad de José Bono se demostrará "antes del próximo domingo".

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Las afirmaciones de Almunia surgen tras las declaraciones de Rafael Hernando, portavoz del PP, en las que anunciaba que su partido pedirá al presidente José María Aznar que vete como comisarios europeos a los ex ministros socialistas "de la época de la corrupción". Entre ellos estaría Pedro Solbes, máximo candidato del PSOE para una comisaría europea. Almunia respondió que su partido no necesita defender la candidatura de ningún ex ministro socialista, porque los propios líderes europeos les encomiendan las tareas "más importantes y difíciles" que tiene pendientes Europa. "No sólo es un orgullo para el PSOE, sino también para nuestro país", dijo.Cuando se le preguntó por las fuertes críticas del PSOE a Loyola de Palacio, Almunia respondió con aparente ingenuidad que no es que los socialistas no deseen que sea comisaria europea, sino que lo que quieren es evitar "el sonrojo" de que representantes de los españoles vayan a instituciones europeas y allí "se les señale con el dedo por haber practicado actividades ilegales o por haber amparado tramas como la del lino". También Alfonso Perales, responsable de política municipal del PSOE, subió el tono de la crítica al PP y aseguró que si ese partido no descalifica las afirmaciones de Hernando sobre Solbes, los socialistas las considerarán un "chantaje".

Pero el PP confirmó ayer esas palabras por boca de José María Robles Fraga, portavoz de Exteriores, quien dijo que ha sido el PSOE con sus críticas a la ex ministra de Agricultura el que ha obligado al PP a pedir el veto de Solbes y a "recordar la corrupción socialista".

Pero la rueda de prensa que ayer ofreció Almunia respondía más al deseo de hacer frente al informe presentado el lunes por Luis de Grandes, portavoz del Grupo Popular en el Congreso, en el que se trataba de culpar a Bono de todas las irregularidades del caso del lino. Almunia calificó de "grotesco" ese documento y presentó una suerte de contrainforme titulado El escándalo de los cazaprimas al lino. Loyola de Palacio es responsable. La mayor parte de la información recogida en él ya ha sido publicada, y sólo añade los documentos certificados por la Junta de Castilla-La Mancha en los que se asegura que diversas personas próximas a los socialistas y citadas por el PP en su dossier no han cobrado subvenciones al lino.

A pesar de este contrainforme, el secretario general del PP, Javier Arenas, se mostró totalmente seguro de que su partido demostrará en los próximos días, posiblemente antes de las elecciones del domingo, que Bono "es el único culpable del montaje electoral del lino". Arenas auguró además que ese escándalo que tanto ha dañado a De Palacio acabará "volviéndose en contra" de Bono, que fue precisamente quien lo denunció. Arenas admitió en Zaragoza, en un acto matinal con un centenar de miembros de Nuevas Generaciones y los candidatos locales, que algunos jóvenes simpatizantes de esta formación le habían reclamado que ésta fuese la última campaña con tan escaso debate político. El dirigente del PP se agarró a esa demanda para contraponer de nuevo la Garantía de futuro y de proyectos de su partido frente a lo que ofrece el PSOE, "que ha pensado que podía reducir distancias planteando una campaña crispada en la que los reyes fuesen el insulto y la descalificación".

Arenas hizo votos por recuperar el espíritu de concordia de la Constitución de 1978 para reclamar a la oposición que no reabra viejas heridas. Pero fue él mismo el que las sacó a relucir al abogar por que en el siglo XXI "ningún partido político tenga a un dobermann como mascota electoral". Un caniche empezó a ladrar y sorprendió al auditorio. Arenas terminó presuntamente conciliador: "A los jóvenes les pido que se deje de hablar de los nuestros y de los de ellos, todos somos nosotros".

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