Les Corts, contra el proyecto Barça 2000
¿Qué es lo que ofrece el FC Barcelona a Les Corts? ¿Es positivo el proyecto Barça 2000 para los intereses generales de los que viven en el distrito? ¿O es un puro negocio del insaciable Josep Lluís Núñez? Estas y muchas otras preguntas se están haciendo en los últimos meses los vecinos de Les Corts, a raíz de que el club y el Ayuntamiento de Barcelona firmaran un proyecto inicial del futuro complejo lúdico. "Lo cierto es que el Barça, hasta ahora, es un vecino que no dice ni hola. Siempre ha vivido de espaldas al distrito", afirma el gerente de Les Corts, Jordi Ereu. Opina que la gran pieza del Barça tiene que integrarse en la ciudad y que hay que defender lo que será positivo para la comunidad: "Como la zona verde, la urbanización de las calles y una mejora en la accesibilidad". "Hay que buscar la fórmula para lograr que el activo que representa el Barça para la ciudad también lo sea para el distrito", dice Ereu con absoluto convencimiento. Los aledaños de las instalaciones del club azulgrana constituyen una de las grandes zonas pendientes de resolver por el distrito desde el punto de vista urbanístico, y lo mismo ocurre con los campus universitarios. Rechazo frontal El proyecto ha provocado el rechazo frontal de gran parte de los vecinos de esa zona de Les Corts, que formaron una plataforma para manifestar su disconformidad. Lo que menos gusta del proyecto es que "se trata de algo puramente especulativo para unos cuantos que no va a beneficiar a los vecinos, sino todo lo contrario", sostiene Josep Roig, de la Asociación de Vecinos Nou Camp. Lo que más rechazo inspira del proyecto son las instalaciones para conciertos musicales -el rockódromo- y las multisalas de cine. Tampoco ven bien la zona comercial proyectada. "No sé de qué vivirán los pequeños comercios del barrio", continúa Roig, que no ve con buenos ojos potenciar la gran isla que ocupa el Barça con un centro de ocio y comercial porque temen que tendrán el barrio invadido de visitantes cada día. "Al menos, ahora la invasión es sólo cada 15 días". En Les Corts, el segundo distrito en renta per cápita más alta de Barcelona -por detrás de Sarrià-Sant Gervasi-, se acentúa un problema que también afecta al resto de la ciudad: la movilidad. Algo que está estrechamente relacionado con el amplio sector de servicios y oficinas que concentra, sobre todo junto a la Diagonal, y con el hecho de que es una de las rutas más habituales para llegar al centro de la ciudad si se entra desde la A-2. "No tienen nada que ver las calles por la noche y durante el día", afirman residentes de la calle de Numància. Por eso, la demanda de mejoras en el transporte público y de más plazas de aparcamientos son reiteradas. Y esos problemas de tráfico llegan al borde del paroxismo cada 15 días; es decir, cada vez que hay partido en el estadio del Barça. Tal vez el monorraíl proyectado -desde la Diagonal hasta el campo del Barça- sea una forma de aliviar la congestión que suponen los cientos de vehículos que se desplazan en poco tiempo. No cabe duda de que esa invasión resulta penosa para muchos residentes. "Sobre todo por los que dejan los coches de cualquier manera, encima de la acera. Dimos instrucciones a la Guardia Urbana para que se empleara más a fondo y también hemos recibido quejas, pero no se puede permitir tanta tranquilidad y falta de civismo", subraya el gerente. En estos últimos cuatro años, Les Corts ha salido ganando en equipamientos, algo de lo que andaba bastante escaso. Era un distrito que no disponía de equipamientos esenciales, como una buena biblioteca -la de Riera Blanca se inaugurará en breve-, y tampoco tenía casals ni salas para entidades. En una zona de la ciudad en la que predominan los centros escolares privados -ofrecen el 75% de las plazas-, se construirá un nuevo instituto de enseñanza secundaria. Por primera vez, Les Corts está trabajando en una promoción de vivienda pública, algo que no se conoce en el distrito. Serán 60 pisos en la calle de Benavent. Al igual que en el resto de la ciudad, Les Corts ha emprendido bastantes operaciones de microcirugía urbanística: ensanchar aceras, convertir algunas calles en ejes peatonales y crear pequeñas plazas, una de ellas la de Comas, donde se encuentra la alcaldía del distrito y parte del núcleo antiguo, que ha quedado prácticamente engullido por las edificaciones modernas y que también ha ido languideciendo. Y una de las apuestas de futuro de Les Corts es precisamente ésa: reactivar el casco viejo. ¿Cómo? La receta es la misma que la ya utilizada en buena parte de Barcelona: seguir ganando espacios públicos y dinamizando el comercio. Parece que en un distrito en el que la oferta comercial es tan omnipresente sea difícil conseguir un hueco para el pequeño comerciante, pero los responsables municipales afirman que no, que hay que buscar nuevas fórmulas, tal vez más especialización.
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