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El tráfico en los aeropuertos españoles se beneficia de los acuerdos en los Balcanes y en Iberia

Los aeropuestos españoles estuvieron ayer de enhorabuena por primera vez en los últimos meses. El retraso medio de los vuelos en el aeropuerto de Madrid-Barajas era de nueve minutos al mediodía, el menor tiempo de espera de los últimos tres meses a la misma hora. Esta reducción en las demoras se produjo un día después de la reducción, aunque no anulación, de las operaciones aéreas de la OTAN en los Balcanes, y del cierre del acuerdo entre Iberia y los pilotos de la compañía. Pero, según las previsiones de las compañías y de los aeropuertos, el verano se presenta "muy, muy complicado".

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Los aeropuertos de Madrid y Barcelona disfrutaban ayer de las mieles, largamente olvidadas, de la puntualidad. El retraso medio de los vuelos en el aeropuerto de Barajas era de nueve minutos al mediodía de ayer, el menor tiempo de espera de los últimos tres meses a esa misma hora, según datos de AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea).Durante los meses de marzo, abril y mayo, la demora en el aeropuerto madrileño a las 12.00 horas se situó diariamente en una media de 15 minutos. A las ocho de la tarde de ayer, esa cifra sólo había aumentado dos minutos y se habían operado 702 de los 908 vuelos previstos. Los vuelos cancelados ayer fueron siete, todos ellos de Iberia.

En el aeropuerto barcelonés de El Prat, la situación registró también una ligera mejoría en relación a jornadas anteriores. A primera hora de la tarde, cuando se habían realizado 405 operaciones, se habían cancelado siete vuelos de salida, la mitad que el día anterior a la misma hora. El índice de puntualidad era del 62% y el retraso medio, de 19 minutos frente a la media hora que se registraba en días anteriores, informa

A esta mejora en los índices de puntualidad han contribuido dos acuerdos cerrados el pasado jueves. La aceptación por parte del presidente serbio, Slobodan Milosevic, de las condiciones presentadas por los aliados llevó a una reducción de las operaciones aéreas sobre los Balcanes, aunque la suspensión de los ataques no se llavará a cabo hasta que comiencen a aplicarse los compromisos.

El conflicto de Iberia con los pilotos, que ha discurrido paralelo al de los Balcanes (los bombardeos de la OTAN comenzaron el 24 de marzo, mientras que el SEPLA convocó la primera huelga el día 26) también se cerró el jueves con buenos augurios.

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Sin embargo, los pilotos niegan que sus diferencias con la compañía se trasladasen a los aeropuertos. "La huelga terminó el 5 de abril", recuerda el portavoz del SEPLA, Santiago Santamaría, y "desde entonces no tenemos nada que ver con los retrasos". "De hecho, y a pesar de la paz entre pilotos e Iberia, el verano se presenta peliagudo", asegura.

Con él coincide el director general de la compañía de bandera, Ángel Mullor, quien en declaraciones a Onda Cero afirmó que "los problemas en los aeropuertos van a continuar porque no eran de los pilotos". "Los problemas son de una absoluta congestión del tráfico aéreo en Europa, por lo que nos espera un verano muy, muy complicado", señaló Mullor. No obstante, aseguró que podrán afrontarse.

El día después

Mullor detalló ayer que dentro del convenio colectivo se recogen incentivos económicos a la puntualidad de los pilotos. Aunque según la SEPI, estos incentivos aún no están determinados, se creará un sistema de primas a la puntualidad que se sustraerán del ahorro de indemnizaciones a los pasajeros retrasados (hoteles, comidas, transporte, etc), por lo que no supondrá aumento de costes a la compañía.Las congratulaciones por la firma del acuerdo continuaron ayer y el presidente del Gobieno, José María Aznar, no quiso quedarse atrás. Desde la cumbre Europea de Colonia, Aznar expresó su satisfacción por el pacto "muy positivo" entre los pilotos e Iberia y pidió "ahora más que nunca" la colaboración de todos para resolver los problemas en los aeropuertos. Aznar destacó el "buen trabajo" hecho por el Gobierno para facilitar el acuerdo "sin merma de los intereses del Estado" y recordó que las dificultades que se suscitan en el tráfico aéreo "no son privativas de un país".

Por su parte, el portavoz del Gobierno y ministro de Industria, Josep Piqué, aseguró que el acuerdo beneficia a todos los trabajadores de la compañía y contribuye a incrementar el valor de la empresa al quedar garantizada "la paz social" a largo plazo.

El acuerdo firmado concede una paga única por valor de 700.000 pesetas, en el caso de los pilotos. Plantea, además, la posibilidad de obtener un 4% de acciones por parte de los trabajadores en la privatización de la compañía y opciones de compra de acciones por valor de cinco millones de pesetas a cada piloto y cantidades equivalentes al resto de colectivo.

Con horas de descanso, por fin, a la espalda y la distancia que otorgan la cosas reposadas, el portavoz de los pilotos calificó el acuerdo de "bueno" para la compañía, "válido" para los pilotos y "excelente" para los pasajeros y manifestó su esperanza de que el acuerdo sea definitivo. Otra fuente del sindicato de pilotos lo expresó con más rotundidad: "No queremos ser noticia en mucho tiempo".

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