"Donde estoy yo están mis negocios y el Ayuntamiento"
La entrevista se realiza en el Club Financiero de Marbella (Málaga), en el despacho particular de Jesús Gil. El alcalde confiesa que no va mucho por el Ayuntamiento. Lo hizo sólo al principio, en 1991. Pero desde entonces dirige sus empresas, el municipio y el Atlético de Madrid desde la sede de su negocio privado.Pregunta. ¿No cree que se presta a confusión que administre sus negocios y la ciudad desde su despacho particular?
Respuesta. En el Ayuntamiento, a las tres se va todo el mundo. Y nosotros trabajamos aquí hasta las dos de la mañana. Nuestros concejales y todos los equipos en paralelo que llevan las sociedades y demás tienen que estar forzosamente aquí. Porque es la manera de aprovechar el tiempo. Donde estoy yo está el Ayuntamiento, están mis negocios y está el Atlético, pero sabiendo distinguir cada cosa, porque yo tengo personas y equipos delegados para cada asunto. Nunca, jamás, se mezclan los intereses de nadie con los del municipio. Este edificio es mío y lo tengo al servicio del Ayuntamiento.
P. ¿Es cierto que, si ganara las elecciones, convertiría Ceuta y Melilla en paraísos fiscales?
R. Es un invento. Se ha dicho que ya tenemos controlado el narcotráfico, que estoy al habla con Hassan II. Se ha hablado de la intervención de la OTAN, que son asuntos de Estado. Se han dicho tantas barbaridades... He estado en La Línea. La gente está con una ansiedad igual a la que noté en Marbella. En la presentación había 3.000 personas enfurecidas. Allí no tienen futuro, con la droga y el contrabando. Hay que darles una alternativa de trabajo. Y ahora todos los partidos se unen contra el GIL . Por algo será.
P. Pero usted fomenta eso. Establece una relación con sus adversarios políticos en la que, cuando no están de acuerdo con sus ideas, usted crispa la situación.
R. Soy el único que ha puesto de acuerdo a los tres partidos, a los comunistas, los socialistas y los populares. Cuando ven un enemigo que les va a dejar en el paro y que representa una fuerza importante, reaccionan de esa manera. El pueblo lo que quiere de un Ayuntamiento es calidad de vida, trabajo, bienestar, vivienda gratis, seguridad, limpieza, su farola...
P. Por el contrario, la oposición le acusa de irregularidades y falta de transparencia.
R. La oposición de aquí consiste en judicializar y criminalizar la actuación municipal. Porque saben que no pueden ganar en las urnas.
P. En el congreso de su partido se presentó un decálogo con su doctrina. Allí se decía que "sólo caminando al borde de la ley, sin traspasarla, se pueden transformar las ciudades". Pero yendo al límite se puede traspasar la ley.
R. Son palabras, juicios de valor relativos. Lo que el GIL no puede hacer con la oposición que tiene, que va siempre al Juzgado, es estar al margen de la ley. P. Su partido presume de no tener ideología. Sin embargo, en una democracia la ideología es la seña de identidad de un partido, sus valores.
R. Eso es falso. Los partidos hoy, tal y como están concebidos, son las mayores dictaduras del mundo. Se compara la dictadura de Franco con las dictaduras actuales de los partidos y... ¡vamos! Ahí se hace lo que dice Anguita, lo que dice Aznar y lo que dice el que esté en el otro partido. A rajatabla y con un miedo cerval de los demás. ¿Eso es democracia?
P. Eso suena a "con Franco vivíamos mejor".
R. A mí Franco no me dio nada. Dicen que me dio un indulto, pero cuando ya no tenía más remedio que dármelo. Yo no sé lo que es la derecha, yo no sé lo que es la izquierda ni el centro, ni el ático, ni la cloaca. Yo soy un gestor que entiende lo que está bien y lo que está mal.
P. Dice que tiene a todos los partidos en su contra. Pero también se enfrenta con los jueces, los fiscales, la federación de fútbol, la UEFA... No puede ser que haya una confabulación mundial contra usted. La UEFA está en Suiza.
R. Yo no soy tan tonto para creerme el ombligo del mundo. Todo obedece a su momento. Yo quise arreglar el fútbol en España y, cuando me he dado cuenta de que era imposible, me he retirado. Vine a la política y gracias a los grandes jueces sigo siendo alcalde. Ahora, que vaya contra un juez que sé que ha cometido un delito gravísimo y lo denuncio... Eso no tiene nada que ver. Yo no sabía que el aparato del Estado, puesto en marcha, fuera tan terrible. Me han metido la Cámara de Cuentas, porque decían que aquí no se había auditado nada, y no han encontrado ningún delito penal a pesar de lo que han querido decir. Me han metido mociones de censura. La persecución del Juzgado de Instrucción número 7 ha sido sobre hechos falsos. Ahora ha llegado la Guardia Civil, encargada por el juez, y dice que los contratos con el Atlético se pudieron firmar en esa fecha.
P. Pero el texto de la Guardia Civil también es compatible con que fueran falsos.
R. No. Lo que sí que te dicen es que en esas fechas sí estaban firmados, porque había un cotejo con documentos incuestionables... Es una canallada, lo que pasa es que este Villarejo ha arruinado a muchísima gente. Tiene que tener la conciencia fatal. Y luego, al final, la anticorrupción esta..., el rollo ese que tiene él, no ha conseguido a la hora de la verdad nada práctico para el enorme daño y el gasto que ha desarrollado este individuo. Éste tiene que morir mal, si no se suicida.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.