Doce estudiantes vascos esperaron 20 horas su avión en Barcelona
De haber sabido lo que les esperaba, el grupo de estudiantes vascos que había viajado hasta Venecia (Italia) seguramente hubiese preferido volver a España en autocar. Habría tardado menos de las casi 22 horas que invirtieron en su retorno en avión y tampoco hubiesen segregado tanta bilis.Los doce estudiantes, diez de Bilbao y los otros dos de San Sebastián, llegaron al aeropuerto de El Prat en un vuelo de la compañía Iberia el domingo a las 20.30, cuatro horas más tarde de lo previsto.
Este retraso les impidió subir al avión que debía llevarles hasta Bilbao. Los responsables de Iberia en les dijeron entonces que no había problema: podrían tomar el siguiente vuelo, programado para las diez de la noche.
Sin embargo, las promesas de Iberia cayeron pronto en saco roto. Ante la indignación de los pasajeros destinados contra su voluntad y sin saberlo a pasar la noche en Barcelona, el personal de la compañía española de bandera les dijo que no podía ser: el pasaje de ese vuelo, al parecer, ya estaba completo. Entonces, les ofrecieron pasar la noche en un hotel de Castelldefels con los gastos pagados y una nueva promesa: partirían a la mañana siguiente. El grupo volvió por la mañana para partir a la hora prometida: las once. Tampoco fue así. El vuelo de Iberia con destino al País Vasco programado para esa hora había sido suspendido. "Esto es una vergüenza", decía un estudiante. "Para colmo, Iberia no nos da ninguna explicación convincente", señalaba otro. Finalmente, el grupo pudo tomar una avión hacia Bilbao a las cuatro y media de la tarde de ayer, tras pasar 20 horas en Barcelona.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.