Nerja no quiere perder el tren del futuro
Aún no ha expirado el mes de mayo, pero el laberinto de callejuelas de Nerja ya está invadido de flotadores, toallas y souvenires que rebosan de las tiendas para turistas. Y es que en aquel pueblo idílico que inmortalizó Antonio Mercero con la serie Verano Azul, el 67% de la población sigue viviendo del turismo. Pero los nerjeños saben que a estas alturas la oferta de sol y playa no es suficiente para atraer turismo de calidad, por más que la naturaleza les haya regalado unas playas hundidas entre acantilados, unas cuevas prehistóricas que atraen 1.642.000 visitantes al año (son el segundo monumento andaluz más frecuentado después de La Alhambra) y un clima benigno como pocos. El casi medio centenar de establecimientos hoteleros que hay en Nerja resulta insuficiente en verano, pero en invierno el pueblo subsiste apenas con los grupos del Inserso, y esto se refleja en el empleo, sometido a los vaivenes de la temporalidad. Entre los proyectos que acaricia el pueblo para mejorar esta oferta se encuentran un campo de golf, un puerto deportivo, y la regeneración de la Playa del Playazo, que incluye un paseo marítimo y un complejo hotelero. Pero muchos de estos proyectos están pendientes de que la Junta dé luz verde al PGOU elaborado en la anterior legislatura. También cuenta Nerja con potenciar el turismo ecológico, merced a los parajes naturales de los Acantilados de Maro y la sierra Tejeda-Almijara, en trámite de obtener el estatuto de Parque Natural. La presencia de estos parajes protegidos, y del millón de metros cuadrados de suelo rústico cuya propiedad se disputan hace años la compañía Larios y las 300 familias de colonos que la trabajan, en algunos casos, desde principios de siglo -la agricultura es la segunda fuente de ingresos del pueblo-, limitan el suelo para la construcción. La vivienda es un problema, especialmente para los jóvenes, y muchos se han unido en cooperativas para poder acceder a una casa propia. Otro problema son las 20 familias de pescadores que aún viven en el pueblo, y que se han quedado sin medio de vida. IU lleva como estrella de su programa electoral un ambicioso proyecto para ocuparlos en actividades de turismo marino, mientras que el PSOE y el PP han pedido a la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Oriental que les dé preferencia a la hora de contratar personal para la limpieza del litoral. Pero, si la pesca es un recurso casi extinguido, la agricultura en cambio ha sido el sostén de Nerja en los años de la crisis económica, que dejó sus calles casi desiertas de turistas. A pesar del litigio entre los colonos y la azucarera Larios, que pretende recuperar sus tierras para acometer un ambicioso proyecto de turismo rural, la explotación de la tierra sigue siendo rentable. Eso sí, el tradicional cultivo de la batata ha dejado espacio a los frutos subtropicales y a los invernaderos. En 1997, sólo los cultivadores de subtropicales facturaron 1.000 millones. En el plano político, pocos dudan de que el actual alcalde, el popular Alberto Armijo, puede repetir en el sillón. El PSOE ha sufrido una crisis que ha desembocado en la presentación de una lista joven, donde sólo dos candidatos tienen experiencia de gestión municipal. Armijo ha mantenido la estabilidad hasta casi el final de la legislatura con el apoyo del PA y de partidos locales. Considera que sus grandes logros son la apertura de un párking público de 700 plazas, un polideportivo y la Casa de la Cultura, proyectos que, según el PSOE, heredó de la anterior corporación. Pero, pese a la lucha partidista, todos están de acuerdo en que los próximos cuatro años serán vitales para el pueblo, porque la Autovía del Mediterráneo llegará a Nerja con el nuevo milenio, dejándola a menos de media hora de la capital, y la Costa del Sol oriental está destinada a convertirse en el próximo objetivo de constructoras y veraneantes. "Si algo compartimos es la voluntad de luchar para que la autovía traiga un progreso sensato, un crecimiento sostenible. No queremos acabar como los pueblos de la parte occidental", corean todos los políticos locales.
Un campo de golf, un puerto deportivo y un paseo marítimo son los proyectos más deseados
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