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El espionaje portugués culpa a los políticos de "quemar" su red

La elaboración de un informe con las operaciones e identidades de todos los agentes del servicio secreto militar, su envío al Parlamento por parte del ministro de Defensa y su posterior distribución entre los 22 diputados de una comisión investigadora ha sido calificada por altos mandos de los servicios de información como una "irresponsabilidad sin precedentes" que "ha quemado" toda la red de espionaje militar. El primer ministro, António Guterres, considera más grave la filtración del informe a la prensa y asegura que constituye "un atentado contra la seguridad nacional".A pesar de la dimisión forzada del ministro de Defensa, José Veiga Simao, las secuelas del escándalo no han concluido. Los responsables de los servicios de información consideran que el aparato del SIEDM (Servicio de Información Estratégica de la Defensa y Militar) está "desactivado" y necesitará años para su reconstrucción. Dichos mandos consideran que el escándalo ha desacreditado a los servicios militares y al Gobierno.

El mencionado informe, al que ha tenido acceso el semanario Independiente, revela la identidad, estudios y procedencia de todos los agentes del SIEDM, sus operaciones clandestinas en África, Australia y Timor; sus gastos, los salarios e, incluso, el intercambio de información con los servicios del contraespionaje alemán. El Gobierno socialista ya ha sufrido en los últimos meses importantes fugas de información del SIEDM, de los Servicios de Información y Seguridad (SIS), bajo el mando de Interior, y de la Policía Judicial, en manos de Justicia.

"Exceso de transparencia"

Paradójicamente, el citado informe fue enviado a la comisión que investiga irregularidades y fugas del SIEDM, entre ellas la acusación de que el ya exministro Veiga Simao hubiese ordenado vigilar a altos mandos militares. El escándalo alcanza niveles surrealistas si se tiene en cuenta que los parlamentarios han aclarado que nadie solicitó una lista detallada de las operaciones del servicio de espionaje y, mucho menos, las identidades de sus agentes. Según fuentes del Gobierno, todo se resume en un "exceso de transparencia".

Antes de conocer su envío al Parlamento, el exjefe operativo del SIEDM, el capitán Silva Ribeiro, declaró al semanario Expresso que el simple hecho de ordenar la elaboración de esa lista constituía "un crimen de lesa patria que pone en evidencia la actuación y la vida de los agentes". En medios militares no se descarta una dimisión en cadena de los máximos responsables del citado servicio.

El presidente del primer partido de la oposición (el Partido Social Demócrata), José Manuel Durao Barroso, calificó de "inconcebible" que "el ministro de Defensa conozca la identidad de los agentes secretos". El líder del Partido Popular, Paulo Portas, acusó al Ejecutivo de haber superado "todos los límites de la falta de sentido de Estado" al poner "en riesgo la vida, la libertad y la tranquilidad de los agentes que sirven al interés nacional".

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