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Los nacionalistas reivindican haber "cambiado en 20 años a este pueblo"

VIENE DE LA PÁGINA 1 El manifiesto, leído en euskera y castellano por Enrique Arana y María Jesús Aguirre ante dos centenares de representantes de todas las candidaturas que presenta la coalición, quiere ser, en palabras de Aguirre, la expresión del "compromiso político" de sus candidatos, más allá de sus programas locales. El logro de la paz definitiva -"no nos contentaremos con la tregua", dice el documento- constituye "el núcleo central" de la propuesta electoral de la coalición. Aguirre indujo a valorar "con la mano en el corazón, si no estamos mejor que hace un año" y a votar pensando en quiénes han puesto más de su parte para que esa mejoría fuera posible. Los discursos de los sucesivos oradores -Gorka Knörr, Josu Ortuondo, Román Sudupe, Josu Bergara, Félix Ormazabal, Enrique Arana, María Jesús Aguirre y el lehendakari Ibarretxe- insistieron en el llamamiento a volver la vista atrás para apreciar el cambio experimentado por las localidades de Euskadi en los últimos veinte años y en la atribución de ese cambio a la gestión nacionalista. "En veinte años hemos cambiado del todo a este pueblo y no hay más que mirar a esta ciudad", dijo Sudupe, declarándose "boquiabierto" ante la calidad de vida de Vitoria. Bergara llamó a no creer a quienes sitúan a Euskadi "al borde de la quiebra social, porque no es cierto". Según él, el País Vasco aborda un "renacimiento inacabado" y empieza a ser "referente en clave positiva". Ormazabal, cuya cita "por los hechos los conoceréis" con la que empezó su discurso suscitó las sonrisas de sus compañeros de partido, llamó a mirar a la honradez, el mantenimiento de la palabra dada -"un sacramento"- y la eficacia. Acuerdo sin aventuras El auténtico canto al pacto y al entendimiento "entre diferentes" lo vino a hacer el propio lehendakari, cuya intervención no se había anunciado inicialmente. Juan José Ibarretxe dijo creer poco en las campañas electorales -"un país se hace cada día", señaló- y justificó su presencia en el deseo de avalar a "algunas de esas personas que trabajan por este país cada día". El lehendakari llamó como sus compañeros a echar la mirada atrás para apreciar el cambio y señaló que "los nuevos tiempos se escriben hablando, buscando caminos en común". "Soy un enamorado del acuerdo; no hay cosa que me guste más en esta vida que acordar entre personas que pensamos diferente", confesó Ibarretxe, con el mismo convencimiento que negó que el nacionalismo haya emprendido ninguna "aventura" en su última etapa.

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