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Una editorial madrileña devuelve a la luz los "Cuentos andaluces" de la escritora Fernán Caballero Gran parte de las publicaciones de Miraguano se centran en los relatos populares

Cecilia Böhl de Faber, conocida como Fernán Caballero, no sólo fue la autora de una serie de novelas que hoy no lee casi nadie. Fernán Caballero (1796-1877) dejó unos cuentos memorables que recogen el folclor de su tierra. La editorial madrileña Miraguano acaba de publicar sus Cuentos andaluces dentro de una colección -Libros de los Malos Tiempos- que desde hace años defiende la importancia de los relatos y leyendas populares.

José Javier Fuente del Pilar, editor de Miraguano y licenciado en Económicas, explica las razones de esta recuperación. "En esta colección de Libros de los Malos Tiempos hemos intentado rescatar textos que estaban agotados, que no se podían encontrar", señala Fuente del Pilar. "No existía ninguna edición de estos cuentos desde hace más de 20 años. Tienen una gracia extraordinaria. Cecilia Böhl de Faber siempre me ha parecido una mujer impresionante, un personaje de novela", agrega el editor. "Su vida fue apasionante. Parece una aventura. Fernán Caballero es una especie de paradigma de mujer libre y decidida. Se casó tres veces. Llegó a Cádiz. Y Andalucía caló en su corazón. Al final, se quedó a vivir en Andalucía", indica el editor de Miraguano. Fuente del Pilar recalca el valor de sus relatos en comparación con sus novelas, cuyo olvido considera bastante merecido. Los hermanos Grimm "Fernán Caballero intentó continuar la labor de los hermanos Grimm en Alemania. Huyó de erudiciones. Emprendió su tarea de corazón", dice Fuente del Pilar. La escritora tuvo, además, un novedoso papel en la historia de la literatura española al ser la primera mujer que obtenía un gran éxito entre el público lector. "Fernán Caballero recogió elementos de cultura popular e hizo un best seller. Fue la primera mujer en la historia de la literatura española que consiguió ser famosa", afirma el editor. Fuente del Pilar reconoce que las únicas obras de Fernán Caballero que han logrado rebasar las exigentes aduanas del tiempo son, precisamente, sus relatos. "Lo único que verdaderamente me ha gustado son sus cuentos populares. Da mucha información, habla de costumbres de los pueblos...", agrega Fuente del Pilar. Cecilia Böhl de Faber nació en la aldea suiza de Morges en 1796. En 1813, la familia regresó a Cádiz. Tras enviudar dos veces, se casó en 1837 con Antonio Arrom de Ayala, 17 años más joven que ella y aficionado al arte y la literatura. Los desastres financieros marcaron el matrimonio. Agobiada por la situación económica, Cecilia Böhl de Faber comenzó a escribir febrilmente. A finales de la década de los cuarenta nace Fernán Caballero y, con este seudónimo, sus primeras novelas: La Gaviota, La familia de Alvareda y Una en otra. El suicidio de su marido tras un desastre comercial añadió amargura a su vida. Murió en 1877 rodeada de enorme popularidad, libros, gatos y tertulias. El italiano Edmundo de Amicis, el autor de Corazón, un libro con el que se educaron cientos de miles de personas, conoció a Fernán Caballero y escribió sobre ella: "No tiene una gota de hiel en el alma, y tal como es en los libros, es en la vida: gentil, buena, caritativa. En Sevilla la veneran como una santa". Tras unos párrafos, el autor de Corazón escribió: " lee desde la mañana a la noche toda especie de libros, no tiene hijos, vive solitaria en una casa de la cual ha cedido el mejor piso a una familia pobre, y gasta buena parte de su hacienda en limosnas". Amor a los animales "Un rasgo curioso de su carácter es el afecto vivísimo que profesa a los animales: tiene la casa llena de pájaros, gatos y perros; y su sensibilidad en este aspecto es tan delicada que no ha querido nunca poner el pie en un carruaje para no ver cómo se castiga a un animal por su causa", agrega el escritor italiano. Los Cuentos andaluces han sido entresacados de los Cuentos y poesías populares andaluces, de los que reproducen su parte en prosa. La autora reúne cuentos y consejas de tradición andaluza llenos de valor folclórico. Antes de ser editados por Durán en 1859, algunos cuentos aparecieron en los periódicos, especialmente en el Semanario Pintoresco Español. Metáforas, muestras del habla popular, refranes y frases hechas salpican algunos relatos. En varios cuentos se recurre a la argucia de crear un narrador popular -el Tío Romance y su mujer, Sebastiana, Chana- para realzar ese espíritu de fidelidad del relato oral. Washington Irving hizo algo semejante en los Cuentos de la Alhambra al reproducir leyendas en boca de su guía Mateo Jiménez. "Todos reproducen una fotografía del ingenio andaluz a mediados del siglo pasado, la guasa y la filosofía de un pueblo, y a pesar de algún ramalazo estilístico e ideológico desagradable, como afirma Edmundo de Amicis -con quien estoy de acuerdo-, leer a Fernán Caballero es muy fácil y sus cuentos dejan un agradable sabor de boca", escribe Fuente del Pilar en el prólogo.

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