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EL 'CASO DEL LINO'

El incendio de Cuenca fue provocado, según todos los indicios

La Subdelegación del Gobierno en Cuenca afirmó ayer que todos los indicios apuntan a que el incendio que se produjo el jueves en El Cañavate (Cuenca), en el que ardieron 40.000 kilos de lino, fue intencionado, aunque todavía no se han determinado sus causas. De momento, se han abierto las correspondientes diligencias judiciales.El presidente del PP castellano-manchego y candidato a la presidencia de la Junta, Agustín Conde, ironizó sobre este nuevo suceso. "Hay que preguntarse a quién beneficia", dijo en alusión a la campaña de denuncia de las subvenciones emprendida por los socialistas.

El fuego, que se inició entre las 18.30 y las 18.40 horas, fue descubierto por un vecino de la localidad, que observó cómo estaba ardiendo una pila de pacas de paja de lino que, junto con el resto de la mercancía, estaba depositada en una explanada situada en el extrarradio y propiedad de la emprensa Buendía Blasco Transportes.

Tras dar aviso a la Guardia Civil de Honrubia y activarse rápidamente los medios de extinción de la zona, a las 19.40 horas llegó hasta el lugar del siniestro la autobomba de San Clemente y diez minutos más tarde dos unidades del Parque de Bomberos de Villarrobledo (Albacete), que se encargaron de apagar las llamas.

Traslado de producto

Realizadas las primeras gestiones, se comprobó que el lino quemado era propiedad de un agricultor de El Cañavate y de otro de San Clemente.Se supo además que ese mismo día habían sido trasladados 23.000 kilos desde esta segunda población para unirlos en la citada explanada a los 17.000 procedentes de la campaña anterior con el fin de concentrarlos para proceder a su traslado a una fábrica de transformación del producto en Almoguera (Guadalajara).

Los dueños del lino, que llevan cultivándolo desde hace cuatro años, no tenían suscrito ningún seguro que les cubriera de ese riesgo porque nunca habían sufrido problema alguno y valoran la paja quemada en unas 600.000 o 700.000 pesetas.

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En opinión de uno de ellos, Gabriel Buendía, el siniestro fue provocado, aunque dijo desconocer los motivos que han podido llevar a alguien a cometer tal acción. En este sentido, entiende que es "prácticamente imposible" que el lino ardiera por un accidente, como un colilla que se arrojara encendida por un descuido, ya que no había nadie en las inmediaciones cuando se inició el fuego.

También descarta que su origen fuera una chispa del tubo de escape de algún vehículo porque la explanada está alejada del camino vecinal, en el que, además, no había ninguna maquinaria trabajando.

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