Los ciclistas tendrán que usar casco y pasarán controles de alcoholemia
Entre 500.000 y 750.000 personas salen cada fin de semana con su bicicleta por las carreteras españolas, según los datos disponibles. A partir de ahora, todos ellos tendrán que llevar un casco homologado y podrán ser sometidos a un control de alcoholemia por la Guardia Civil, como se hace con los motociclistas o los automovilistas. De esta manera, España se convierte en el segundo país del mundo, después de Australia, que obliga a usar el casco a los ciclistas, aunque la exigencia sólo es válida para las vías interurbanas, es decir, fuera de la ciudad.Así se aprobó ayer por unanimidad en el Congreso de los Diputados. La proposición de ley, que reformará el Código de Circulación, se ha realizado con el consenso de todos los grupos. Todavía tiene que pasar el trámite del Senado, pero, habida cuenta de que ayer hubo 266 votos a favor y 1 en contra -por error-, es casi seguro que en poco tiempo entrará en vigor.
La reforma tratará de reducir los datos de siniestralidad de ciclistas en las carreteras españolas, que son los mayores de Europa, según el diputado socialista Javier Paniagua, uno de los principales impulsores del proyecto. Entre 1990 y 1998, según Paniagua, han muerto unas 1.500 personas montadas en una bicicleta.
La normativa ha prosperado después de varios meses en los que los diputados han escuchado los puntos de vista de unas 150 personas relacionadas con el tema. Además de representantes de los aficionados y de la Dirección General de Tráfico, han comparecido profesionales como el campeón mundial Abraham Olano.
Otra novedad es la obligatoriedad de llevar reflectantes tanto en la bicicleta como en la ropa y la posibilidad de que dos ciclistas circulen juntos en paralelo, lo que hasta ahora estaba prohibido. La idea es que si van juntos son mucho más visibles para los coches que vayan a adelantarles, que tendrán más cuidado al ver a dos ciclistas. También se permitirá circular por el arcén de las autovías, siempre que se habilite y no haya otra vía alternativa.
La reforma tuvo un recibimiento dispar entre los aficionados. El presidente de la Federación de Ciclismo, Manuel Pérez, sostuvo ayer que con esta normativa, especialmente por la obligatoriedad del casco y de las prendas reflectantes, se evitarán entre un 50% y un 60% de las muertes de ciclistas en carretera.
Sin embargo, varias asociaciones catalanas la criticaron por entender que recorta los derechos de los usuarios sin aumentar su seguridad. La aprobación coincidía con el juicio en Barcelona por la muerte de un ciclista que fue arrollado por un conductor en enero de 1998. La cincuentena de miembros de asociaciones ciclistas que acudieron al juicio se mostraron contrarios a la nueva normativa. Más bien exigen que se actúe contra los conductores imprudentes o que circulan bebidos.
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