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Antonio Soler afirma que sus personajes reivindican la dignidad de los perdedores

Cuatro horas de espera en el aeropuerto de Barajas impidieron que el escritor Antonio Soler (Málaga, 1956) llegara ayer a tiempo a Bilbao para participar en la inauguración oficial de la Feria del Libro. La feria echó a andar sin él y Soler sólo pudo cumplir con el compromiso de presentar su obra El nombre que ahora digo, Premio Primavera de novela 1999, ante los medios de comunicación y firmar ejemplares en unos grandes almacenes. "Es, una vez más, una historia de perdedores, pero que combaten y arriesgan con dignidad", dijo.

"De lo que más puedo hablar es de la vida en Barajas". Así ironizaba ayer Soler sobre el caos del transporte aéreo, que está convirtiendo en un infierno su gira por diversas ciudades españolas para promocionar El nombre que ahora digo, una novela ambientada en los años de la guerra civil. Soler intentaba escribir una historia sobre el reencuentro, 30 años más tarde, de gente a la que la guerra había seperado. Al final la novela se limita a contar la vida de unos personajes que se encuentran en medio del conflicto. "Todos los personajes tienen el mismo destino", explica el autor. "Son meras marionetas manejadas por gente que no conocen, en medio del torrente de la guerra". Soler no pretendía escribir un relato "ni ideológico ni pseudohistórico". "Yo he querido escribir la historia de la gente que padece la Historia. De los perdedores que combaten y arriesgan con dignidad, manteniendo la cabeza bien alta y que, aunque vivan en un mundo pequeño y humilde de horizontes limitados, no tienen dudas sobre la necesidad de romper los límites". El nombre que ahora digo narra la relación amorosa entre un joven soldado republicano y una mujer madura, casada con un hombre sin escrúpulos, en el Madrid sitiado de finales de los años 30. Soler puntualiza que la guerra es un personaje más de la novela, el que mueve los hilos que manejan a los demás. En este contexto, la novela no cuenta la contienda, ni de las circunstancias que la rodearon. "Habla de la guerra interior de los hombres y las mujeres que la vivieron, de las esperanzas y las derrotas personales", añadió. [La próxima semana se celebrará en Pamplona la quinta edición de la Feria del Libro, que contará con 19 puestos en los que se ofrecerán múltiples novedades en narrativa y literatura infantil. Hasta el 6 de junio se expondrán en Pamplona cerca de 65.000 volúmenes, entre los que destacan Navarra. El Estado vasco, del escritor Mikel Sorauren; Navarra marítima, de Tomás Urzainqui y Juan María de Olaizola, y la última obra del historiador José María Jimeno Jurío, Navarra, Gipuzkoa y el Euskera. Siglo XVIII.]

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