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Los partidos acusan al Gobierno de incumplir el mandato del Congreso sobre el proceso de paz

Luis R. Aizpeolea

El Gobierno se quedó ayer solo. Sus socios nacionalistas, PNV y CiU, así como el PSOE, Izquierda Unida (IU) y Eusko Alkartasuna (EA) le acusaron de incumplir el mandato parlamentario unánime del 10 de noviembre sobre el proceso de paz vasco que le instaba a "impulsar una política penitenciaria consensuada, dinámica y flexible". El PSOE le reprochó, además, "hurtar al Parlamento el debate sobre la paz". El portavoz del PNV, Iñaki Anasagasti, pidió un "desarme verbal" en la campaña electoral. El portavoz del Gobierno, Josep Piqué, recogió el guante.

Fue el de ayer el primer debate parlamentario sobre el proceso de paz en Euskadi después de que, el 10 de noviembre, el pleno del Congreso decidiera por unanimidad respaldar el proceso de paz en Euskadi con el aval a la decisión del Gobierno de autorizar contactos con ETA -anunciada por José María Aznar una semana antes- y de flexibilizar la política penitenciaria hacia los presos de la banda en la medida que hubiera respuesta por la otra parte. El retraso en la celebración de este debate originó, ayer, un severo reproche al Gobierno por parte de la portavoz socialista, Teresa Fernández de la Vega. Pero fue el portavoz del PNV, Inaki Anasagasti, autor de la interpelación, quien centró las acusaciones de incumplimiento al Gobierno del mandato parlamentario. "No se ha hecho nada de nada, desde que se aprobó la resolución parlamentaria hace más de siete meses", dijo. Precisó su ataque en el "inmovilismo del Gobierno" en la política penitenciaria.Aunque admitió que la persistencia de la kale borroka (lucha callejera) había sido un freno para que el Gobierno impulsara una política penitenciaria flexible, Anasagasti denunció que el Ejecutivo trocó su "apuesta valiente" del mes de noviembre por el "inmovilismo" en torno a las Navidades. El portavoz del PNV abrió un signo de misterio. "Aún no sabemos por qué el Gobierno paró su iniciativa de acercar a un número masivo de presos de ETA a las cárceles vascas", que se limitó a 21 -de un colectivo total de unos 500- que fueron trasladados a la Península.

Anasagasti se puso a la defensiva e incluso en posición victimista al acusar al Gobierno y al PSOE de "satanizar" al nacionalismo por el pacto de legislatura suscrito con EH. "Se nos ha descalificado. Se hablado de frente nacionalista. También se podía haber hablado, como hacía el ausente [en referencia al dictador Franco] de frente rojo-separatista, e incluso sería más correcto porque el Pacto de Lizarra también lo ha suscrito IU". Expresó su temor a la tensión y al lenguaje agresivo en la inminente campaña electoral y reclamó a todos los partidos un "desarme verbal" cuando "parece conseguirse el cese de la violencia terrorista y de la violencia callejera".

La intervención de Anasagasti contó con el apoyo absoluto de la portavoz de EA, Begoña Lasagabaster, quien señaló que "las encuestas dicen que el 75% de los vascos está a favor del traslado de presos". Pero también contó con importantes apoyos en CiU e IU. Manuel Silva, de CiU, dijo que "la moción parlamentaria del 10 de noviembre no se ha cumplido". El representante de IU fue aún más duro al acusar al Gobierno "no sólo de incumplir la citada moción sino la Constitución", por su política penitenciaria. El PSOE le reprochó por "echar el freno" en la política de reinserción de presos.

El portavoz del Gobierno, Josep Piqué, negó la mayor. Si el Gobierno no ha dado más pasos en política penitenciaria hacia los presos de ETA -que según reiteró, tendrán un "tratamiento individualizado"- ha sido porque no los ha habido por la otra parte. Negó que hubiera "inmovilismo" en el Gobierno y citó la iniciativa de la Ley de Víctimas del Terrorismo así como el acercamiento de 21 presos de las islas a la Península; de 15, a cárceles próximas al País Vasco por razones de enfermedad; de nueve, con el pase al tercer grado y de 13, en libertad condicional.

Admitió, en respuesta a Anasagasti, que el Gobierno había pasado de un optimismo inicial a mantener, en estos momentos, "graves dudas" de la voluntad de paz de ETA y su entorno. Citó como explicación la kale borroka, que ha continuado hasta hace muy poco tiempo, y la presencia en las listas de EH de "presuntos asesinos". No se ahorró reproches al pacto de legislatura del PNV y EA con EH, al que calificó de "gravísimo error" y aceptó la oferta de "desarme verbal" de Anasagasti ante la campaña electoral.

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