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La Fundación Bertelsmann explica sus planes para el progreso social

Reinhard Mohn presenta en Madrid un taller de pensamiento

Fue un discurso lleno de energía y de ideas empresariales innovadoras. Reinhard Mohn, el septuagenario presidente del Grupo editorial Bertelsmann (un gigante de la comunicación que da trabajo a 57.000 "colaboradores"), presentó ayer los planes de la Fundación Bertelsmann, radicada en España desde hace dos años. Mohn habló ayer en Madrid de cultura, de economía, de política, de sanidad, de humanismo y de eficacia. Todo eso preocupa y ocupa a este dirigente empresarial, que se propone reformar Alemania y ayudar al resto del mundo a progresar.

Ante un pequeño auditorio compuesto por personalidades del mundo de la cultura y de la comunicación, -entre ellos el presidente de PRISA y la Fundación Santillana, Jesús de Polanco; el de la Confederación de Fundaciones Españolas, infante Carlos de Borbón; o el presidente del Club de Roma, Ricardo Díez-Hochleitner, entre otros-, Reinhard Mohn, de 78 años, explicó con convicción contagiosa sus innovadoras teorías acerca de la gestión de las fundaciones y su influencia en la política. Comentarios elogiosos de todo tipo siguieron a la larga intervención de Reinhard Mohn, que recibió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación en 1998. Antes Díez-Hochtleiner hizo un elogio encendido del hombre que formó un imperio editorial partiendo desde cero en la posguerra mundial.Mohn, que por la tarde fue recibido por el Rey y por José María Aznar, dictó por la mañana, en el Círculo de Lectores de Madrid, un cursillo sobre fundaciones operativas, es decir, instituciones dinámicas, estructuradas como empresas con ánimo de lucro y con influencia en todos los campos de la sociedad civil.

Laboratorio de reformas

Ese nuevo modo de actuar, alejado de la típica fundación que conserva patrimonios y desgrava impuestos, ha sido creado por Mohn y su equipo de colaboradores bajo dos ideas básicas: ser fábrica de pensamiento y laboratorio de reformas. La filosofía es asumir el fin de las ideologías y la falta de fe de la sociedad civil en sus instituciones y sus políticos, y hacer que las fundaciones tomen iniciativas, detecten los problemas y ayuden a solventarlos.

La Fundación Bertelsmann cuenta con 80 millones de marcos anuales de presupuesto (unos 10.000 millones de pesetas) y opera en países como Israel, Estados Unidos, Francia o Australia. La prueba de su creciente importancia es que Mohn ha trasvasado el 68,8% de sus participaciones en el grupo a la fundación. Esta labor todavía es incipiente en España. La Fundación Bertelsmann tiene sede en Barcelona desde 1996, aunque su primer proyecto en España data de 1990. Es la Biblioteca C"an Torró de Alcúdia (Mallorca), que sirve de modelo para el Plan de Análisis de Bibliotecas (PAB), un intento de impulsar la lectura y la formación ciudadana que crea gestores y profesionales, al tiempo que coopera con las escuelas. La idea se amplía este año a un total de 20 bibliotecas en varias zonas de España.

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