Los aliados amplían a 50.000 los soldados para garantizar el regreso de los refugiados
El Consejo Atlántico aprobó ayer la actualización de la llamada Kfor, la fuerza de paz que debe proteger el regreso de los refugiados a Kosovo. Aunque el documento aprobado por los 19 embajadores no especifica el número de soldados que serán necesarios, fuentes atlánticas dieron ayer por seguro que el jefe supremo aliado, el general Wesley Clark, decidirá que entre 45.000 y 50.000 soldados formen esta fuerza, que en principio se pensaba que estaría compuesta por 28.000 hombres. La propuesta fue aprobada por el llamado procedimiento de silencio, al no oponerse a ella ningún país.
El plazo de reclamaciones para actualizar la denominada Kfor se acabó ayer a las cinco de la tarde, y al no producirse ninguna objeción la propuesta se consideró oficialmente aceptada.Lo que aprobó el Consejo Atlántico es la propuesta de aumento de la fuerza presentada esta semana por el Comité Militar. La actualización se debe a que las circunstancias han cambiado desde que se estimó que bastarían 28.000 soldados para integrar la fuerza de paz. El éxodo de los refugiados albanokosovares y la destrucción de gran parte de las infraestructuras de Kosovo justifican, según la Alianza Atlántica, que ahora se vayan a necesitar entre 45.000 y 50.000 soldados. Será el general Wesley Clark quien evalúe el número de efectivos necesarios para cumplir el nuevo mandato. Clark debe ahora estimar no sólo cuántos, sino qué tipos de soldados son necesarios para cumplir las nuevas tareas, fundamentalmente para retirar las minas colocadas por los serbios, reparar las vías de comunicación destruidas y garantizar la protección de los refugiados que vuelvan a la provincia. Tras la evaluación de Clark, cada aliado expondrá en la llamada Conferencia de Generación de Fuerzas cuántas tropas y qué tipo de tropas está dispuesto a ceder a la Kfor. El presidente del Gobierno español, José María Aznar, de visita en la sede de la OTAN en Bruselas, reiteró ayer el compromiso del Gobierno español de colaborar en la dotación de la Kfor.
Lista a mediados de junio
Fuentes aliadas estimaron ayer que la Kfor deberá estar desplegada, si no totalmente, sí de forma significativa a mediados de junio. La urgencia de ese despliegue obedece a la necesidad de poder entrar en Kosovo de forma inmediata si en la cumbre de jefes de Estado o de Gobierno del G-8, convocada para el 18 de junio, hay un acuerdo que permita iniciar la entrada de la fuerza internacional de paz poco después, con el apoyo del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Las fuerzas de la Kfor serán acantonadas en Albania y Macedonia, aunque la OTAN aún no ha empezado las negociaciones con este país para que autorice la presencia de unos 30.000 soldados en su territorio. "No creemos que vaya a haber muchos problemas porque el Gobierno de Macedonia es el primer interesado en que los refugiados puedan retornar a Kosovo", declararon fuentes atlánticas.
La OTAN concibe la Kfor como una fuerza liderada por la Alianza pero abierta a la participación de los países del Consejo de Asociación para la Paz. Y en particular, si hay un acuerdo previo, con presencia de tropas de Rusia y de Ucrania. Muchos observadores ven en ella el germen de una fuerza de intervención en el caso de que no haya un acuerdo con Rusia o de que Milosevic siga sin acatar las imposiciones de la comunidad internacional. Pero fuentes atlánticas subrayan que sólo una pequeña parte de la Kfor serviría para esas funciones porque "la estructura de una fuerza de paz es muy diferente de la de una fuerza de intervención".
"No es lo mismo hacer la guerra que reconstruir carreteras para que puedan volver los refugiados", subrayan esas fuentes. Pero sea cual sea su función, la Kfor estará fuertemente armada para garantizar la seguridad de los refugiados que quieran volver a sus casas.
Mientras se prepara la fuerza de pacificación, la OTAN prosigue su campaña aérea. El portavoz civil aliado, Jamie Shea, defendió ayer con firmeza el derecho de la Alianza Atlántica a cortar el suministro de electricidad en Serbia para dificultar las comunicaciones de las fuerzas de Slobodan Milosevic. Shea desarboló los argumentos de quienes denuncian que esos ataques perjudican más a la población civil que a las fuerzas armadas de Milosevic porque estos disponen de generadores autónomos que les garantizan el suministro. "Milosevic tiene la opción de que esos generadores beneficien a los hospitales y no al Ejército", dijo. "Si no lo hace es porque no quiere", añadió. Y restó dramatismo a los efectos reales sobre los ciudadanos de Yugoslavia. "Hay que guardar la medida de la proporción", afirmó.
"Es verdad que algunos niños han nacido en Serbia sin suministro eléctrico", comentó, "pero la situación es mucho más dramática para los refugiados porque ellos tampoco tienen electricidad y ya han nacido mil niños en los campos de refugiados que no han tenido incubadoras ni ninguna comodidad".
Las protestas se extienden en Serbia, según la Alianza
Las protestas contra el régimen de Slobodan Milosevic empiezan a extenderse por todo el sur de Serbia. La OTAN facilitó ayer datos sobre manifestaciones de protesta en seis poblaciones serbias y dos de Montenegro. Según estos datos ha habido protestas en Cacak (27 de abril), Aleksendrovac (15 de mayo), Krusevac (15 de mayo), Baljevac (23 de mayo), Racak (23 de mayo) y, aunque no está absolutamente confirmado, en Prokuplje (24 de mayo). También en dos poblaciones de Montenegro: Cetinje (21 de mayo) y Bar (del 13 al 19 de abril)."Que las protestas se hayan concentrado en el sur de Serbia tiene dos justificaciones", señalan fuentes de la OTAN. "La primera es que es allí donde se entierra a los soldados muertos en Kosovo y, por tanto, la población tiene más conciencia que en el norte de lo que está ocurriendo realmente", explican estas fuentes. "La segunda razón es que el sur de Serbia ha sido mucho más castigado por la campaña aérea que el norte", añaden.
La OTAN otorga una enorme importancia al movimiento de protesta contra Slobodan Milosevic, camuflado por éste ante la opinión pública yugoslava como manifestaciones contra los bombardeos aliados. "Es muy importante porque supone una enorme presión política contra el régimen y hace ver a Milosevic que si se mantiene inamovible ante nuestras exigencias puede acabar provocando una sublevación de la población contra él", señalan fuentes de la Alianza Atlántica.
Según la OTAN, más de mil soldados han desertado de Kosovo para proteger a sus familias tras las manifestaciones.
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