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Jospin condiciona la ampliación de la autonomía de Córcega al fin de la violencia

El primer ministro francés, Lionel Jospin, condicionó ayer la ampliación de la autonomía de Córcega a la renuncia definitiva a la violencia que practican determinados grupos nacionalistas. "El primer problema de Córcega no es su estatuto de autonomía, sino la violencia que destruye la isla; no puede haber discusión institucional bajo la amenaza de la violencia", afirmó el jefe de Gobierno ante la Asamblea, reunida para debatir la moción de censura presentada por la oposición. Jospin se comprometió, no obstante, a apoyar la especificidad cultural y lingüística corsa.

El primer ministro también prometió incrementar las ayudas para el desarrollo económico y social de la isla, en un momento en el que las fuerzas nacionalistas corsas se disponen a suscribir un pacto de no agresión mutua, como primer paso para la apertura de una nueva etapa en la convulsa historia de Córcega.La moción de censura interpuesta por el conjunto de la derecha parlamentaria pasó sin pena ni gloria, eclipsada por el encarcelamiento de los presuntos responsables del asesinato del prefecto de Córcega Claude Erignac. Aunque el presunto autor material de los disparos, Yvan Colonna, se ha dado a la fuga, el esclarecimiento del atentado ha permitido al Estado francés sacarse una larga espina. El padre del presunto asesino, Jean-Hugues Colonna, antiguo diputado socialista, pidió ayer a su hijo que se entregue a la justicia en un emotivo mensaje hecho público por la mañana.

Técnicamente, la moción de censura al Gobierno, presentada por el incendio de un chiringuito de playa corso llevado a cabo por un grupo de gendarmes, no tenía posibilidad alguna de prosperar, dada la cohesión mostrada por la coalición gubernamental, que dispone de una amplia mayoría. La derecha aspiraba, al menos, a desgastar a la figura de Jospin y a minar el bloque gubernamental, pero las detenciones del fin de semana han arruinado sus propósitos. Más aún: el debate se desarrolló en un tono menor, con un oposición temerosa de que la moción de censura al Ejecutivo se volviera contra ella. El propio Alain Madelin, presidente de Democracia Liberal, dejó su plaza en la tribuna de oradores a uno de sus segundos, alegando sorprendentemente un "problema de agenda".

A la vista del panorama, Jospin se limitó a airear los logros del Gobierno y a reiterar que el Ejecutivo, además de ser completamente ajeno al incendio del restaurante de playa, actuó correctamente abriendo investigaciones administrativas y destituyendo al prefecto Bernard Bonnet y a los gendarmes actualmente en prisión. Sin llegar nunca a cebarse con sus adversarios, el jefe de Gobierno apuntó en un tono sumamente sereno que la pasada política de la derecha en Córcega le incapacita para dar lecciones al Gobierno en esta materia. Las encuestas confirman que el asunto no ha socavado la credibilidad de Jospin.

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