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Río de Janeiro invertirá 1.000 millones contra el analfabetismo

Juan Arias

Un ambicioso programa de cuatro años y un presupuesto de 1.000 millones de pesetas, en el que van a participar fuerzas políticas, diversas ONG, las fundaciones más importantes y el Banco Mundial se propone acabar con el analfabetismo de los mayores de 15 años en Río de Janeiro, escaparate brasileño del turismo, y al tiempo convertida en triste sede de una fuerte violencia juvenil ligada al narcotráfico. El proyecto ha sido muy bien acogido por la prensa y las organizaciones cívicas.Ni siquiera las autoridades saben cuantificar el porcentaje de analfabetos en la ciudad, aunque todos los datos permiten suponerlo muy alto. Por lo pronto, según afirma Ivan Guimarães, secretario de la ONG responsable del programa contra el analfabetismo y que ha sido subsecretario de Trabajo en el Estado de Río de Jainero, se sabe que 1,7 millones de personas no acabarán la enseñanza elemental y que, de ellas, 600.000 no llegarán a aprender a leer y a escribir.

Violencia

El nuevo gobernador del Estado, Antony Garotinho, hombre perteneciente a la izquierda de Luiz Inacio Lula, escritor y poeta, cree que será imposible abolir la violencia de Río si los ciudadanos no saben por lo menos leer y escribir, ya que "la ignorancia es el corazón mismo de la violencia". Por eso, junto con una campaña de concienciación de la policía -institución más temida popularmente que los mismos narcotraficantes-, ha decidido lanzar este ambicioso programa. Todo ello, según el gobernador, a la larga irá haciendo disminuir tambien la pobreza, al injertar a la gente con estudios en el tejido productivo.

El programa va a costar al Ayuntamiento de Río 1.000 millones de pesetas, lo que supone un 3% del producto bruto del municipio; un valor altísimo, según el secretario de Trabajo, André Urani, para las posibilidades y necesidades de la ciudad, por lo que las autoridades están movilizando a todas las fuerzas vivas, desde ONG a fundaciones de prestigio como la Roberto Marinho, propietario del poderoso grupo Globo, pasando por el Banco de Desarrollo y el Banco Mundial.

Pero, afirma Guimarães, el problema no es sólo económico. De ahí que, en su opinión, haya que movilizar a empresas, instituciones religiosas y a cuantos tienen alguna relación con la educación, para que organicen cursos especiales dedicados a los analfabetos. El lema del programa es: "Ni un carioca sin saber leer y escribir".

La idea de acabar con el analfabetismo de Río sigue a la iniciativa del gobernador Garotinho, ya en curso, de imponer en todas las escuelas públicas media hora diaria obligatoria dedicada a la lectura de un libro, para que los niños, desde el comienzo de la enseñanza, le tomen gusto a la lectura seria.

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