El milagro chiclanero
Chiclana (59.100 habitantes) es una población destinada a crecer, y a retroalimentarse de sí misma: le sobran recursos naturales, suelo y, sobre todo, capital humano. La perseverancia y el espíritu emprendedor del chiclanero son conocidos de antiguo. Hoy, con una ciudad en plena transformación, han salvado con nota su metamorfosis económica. Chiclana no es ya una población que viva del campo, de las salinas y de la vid. El turismo y la venta de artículos industriales han convertido a la población en un lugar próspero. "Hoy somos el gran supermercado de la Bahía", dice su alcalde, Manuel Jiménez Barrios (PSOE). Tres polígonos industriales aglutinan todo el sector de la ferretería, la construcción, la carpintería metálica, y la madera de la comarca. El Ayuntamiento va a ampliar la oferta en 300.000 metros cuadrados. Pero el producto estelar de Chiclana en los últimos años ha sido el turismo, un sector que ha ofrecido un crecimiento planificado. El complejo Novo Santi Petri ofrece seis hoteles de cuatro estrellas y uno de cinco, un campo de golf de 27 hoyos, una escuela hípica y tres campos de fútbol de césped, que han contribuido a la promoción del lugar: equipos de fútbol de medio mundo han elegido a Chiclana para sus concentraciones. El desarrollo no se detiene en esas 5.000 plazas hosteleras: en una superficie contigua al Novo hay proyectados otros siete hoteles, que se asomarán, igualmente, a playas vírgenes. Los datos que exhibe la ciudad son concluyentes: su censo ha crecido en 14.355 personas en una década, pese a lo cuál hay menos parados que en 1989. Hay 3.300 líneas de teléfonos más y se han adquirido 8.000 vehículos en la población. El presupuesto municipal (10.254 millones de pesetas) se ha cerrado con superávit por segundo ejercicio consecutivo. José María Ortega, candidato del PP, cree que el desarrollo registrado se debe "a la inercia y la iniciativa de la propia ciudad" y, sobre todo, "a la idiosincrasia del chiclanero". Añade otro factor que ha contribuido al progreso: "Después de 16 años de mayorías absolutas, ha reaparecido el diálogo en el Ayuntamiento", aunque acusa a los rectores municipales de "no haber sabido trabajar con la parte privada". Los grupos de la oposición han sufrido una fuerte regresión desde 1995. Ruiz, hoy candidato independiente, dejó al PP con tres de los 10 ediles que consiguió en las urnas. Ortega, candidato del PP, pertenece en la actualidad al grupo mixto, como el candidato del PA, y dos de los tres concejales de IU también abandonaron la disciplina de la formación. En ese río revuelto, Jiménez Barrios ha pescado con eficacia: los presupuestos los ha aprobado cada año con el apoyo de un grupo distinto.
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