Dos médicos confirman que la nariz crece al decir mentiras

El presidente estadounidense, Bill Clinton, se parece a Pinocho. Ésa fue la conclusión a la que llegaron los doctores Alan Hirsch y Charles Wolf, de Chicago, en un estudio presentado en la reunión anual de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría. "Cuando una persona miente, los vasos sanguíneos de la nariz se llenan de sangre, de manera que la nariz se hincha", dijeron Hirsch y Wolf en su tesis.Si bien este ligero agrandamiento nasal no es obvio a simple vista, sus efectos sí lo son, ya que causan que la persona que miente sienta comezón en la punta de la nariz y se tenga que rascar.

En su estudio, Hirsch y Wolf examinaron el vídeo del testimonio del presidente Clinton en el caso de Monica Lewinsky para identificar la posible manifestación de 23 señales clínicas, tanto verbales como corporales, que los psiquiatras usan para descubrir mentiras. Estas señales fueron seleccionadas de un grupo de 64 artículos y 20 libros.

Según los autores del estudio, durante el interrogatorio al presidente estadounidense con respecto a la naturaleza de su relación con Lewinsky, Clinton no pudo mantener el contacto cara a cara con los fiscales, se le trabó la lengua con más frecuencia de lo común y se rascó la nariz varias veces más de lo que lo hizo cuando se le hicieron preguntas menos comprometedoras.Éstas son tres de las 23 señales de mendacidad que los investigadores notaron en el presidente.

Hirsch, director de la Fundación del Olfato y el Gusto de Chicago, y Wolf, profesor de la Universidad de Illinois, declararon con sentido del humor que la aplicación de su estudio al caso del presidente Clinton confirma el viejo cuento de Pinocho, escrito en 1883 por un italiano llamado Collodi. Pinocho era un muñeco de madera al cual le crecía la nariz cada vez que mentía.