El jurado valora más la prueba contra el reo, según un estudio psicológico

Un estudio realizado por tres psicólogos de la Universidad de Granada revela que los miembros de los jurados populares valoran más las evidencias favorables a los acusadores que las beneficiosas para los acusados. Por ello, para que el juicio sea lo más objetivo posible, recomienda que los componentes del tribunal no hagan ninguna valoración interna hasta que tengan en sus manos todas las pruebas.

Las investigaciones, publicadas en el Journal of Experimental Psychology, ponen de manifiesto la existencia de limitaciones en el trabajo de los jurados. Según los psicólogos Antonio Maldonado, Andrés Catena y Antonio Cándido, el veredicto será más justo si el tribunal se abstiene de realizar cualquier valoración hasta que todas las evidencias hayan sido presentadas.El estudio demuestra de forma científica que las personas se dejan guiar en su comportamiento por lo que ellos llaman un modelo de revisión de creencias. Este concepto sostiene que los individuos actúan en función de lo último y más reciente que ha ocurrido en su entorno.

Si esta teoría se aplica al funcionamiento de un juicio con tribunal popular, el resultado es que los componentes del jurado varían su opinión respecto al acusado cada vez que declara un testigo o se presenta una prueba. El profesor Antonio Maldonado lo explica así: "Encontramos que cuando se pide a las personas que evalúen una información, momento a momento, los resultados son tremendamente desajustados y que los sujetos se dejan influenciar por la última experiencia que hayan tenido". "Sin embargo", continúa Maldonado, "si se les solicita que evalúen esa misma información toda junta y al final, sus juicios son correctos".

Análisis práctico

Los autores realizaron una serie de experimentos prácticos con 200 alumnos de los últimos cursos de Derecho, simulando la constitución de jurados. La prueba consistió en valorar el grado de culpabilidad de una empresa en la enfermedad de una serie de empleados que desarrollaron su trabajo en malas condiciones de salubridad.

El resultado de la experiencia fue que el veredicto variaba en función de que tuvieran que evaluar tras el turno de cada testigo o informe pericial o si tenían que hacerlo al final, con todos los datos en su poder.

En el primero de los casos, la mayoría de los veredictos eran desfavorables al acusado. En el segundo, el resultado era más equitativo.

Antonio Maldonado explica que "la alternativa a esta situación es que no se establezca un juicio de valor hasta que no se tenga una cantidad de evidencias suficiente para poder contrastarlas con la creencia anterior". "En el caso del jurado", asegura, "esto equivale a pedir a sus miembros que no emitan ninguna opinión, ni siquiera interna, hasta que no dispongan de toda la información del caso", añade.

El estudio concluye que en tales experimentos, los miembros del jurado valoran más las evidencias positivas, favorables a los acusadores, que las negativas, favorables al acusado. Se trata del primer estudio conocido de este carácter. Hace años se realizó algún trabajo psicológico sobre la deliberación de jurados de ensayo.