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EL FÚTURO DEL PSOE

Guerra dice que Almunia no puede ser candidato tras perder las primarias

Anabel Díez

La decisión de la ejecutiva federal del PSOE de posponer hasta después de los comicios del 13 de junio el debate sobre la sustitución de José Borrell ha chocado con la opinión de Alfonso Guerra y sus partidarios. Ante esta situación "excepcional", este sector aboga por la celebración de un congreso extraordinario. Además, Guerra aseguró que el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, no puede suceder a Borrell como candidato a la Presidencia del Gobierno porque perdió las elecciones primarias.

El sector guerrista instó a la dirección a que convoque un comité federal y después un congreso para que el nuevo candidato goce del máximo consenso. "No se puede pasar de las primarias a la mesa camilla", resumían ayer los partidarios del exvicesecretario general del PSOE. Guerra considera que Almunia no puede ser candidato porque perdió las primarias. "Resulta curioso que los autores de las primarias no quieren verlas ahora a menos de mil kilómetros de distancia", añadió Guerra recordando que él nunca estuvo de acuerdo con este procedimiento.En los pasillos del Congreso de los Diputados se le preguntó expresamente a Guerra si consideraba que Almunia podía ser el nuevo candidato. "Resultaría chocante que se celebren primarias y que los candidatos sean ahora los que las pierden", respondió. Guerra mostró su extrañeza porque ahora "haya unos cuantos perdedores que son candidatos". Aludía a Antoni Asunción en Valencia, y a Rosa Díez, cabeza de lista para el Parlamento europeo, aunque ésta perdió por pocos votos en Euskadi frente a Nicolás Redondo.

Situación "complicada"

El exvicesecretario, que apeló a la "fortaleza" del PSOE, quitó dramatismo a la situación del partido, que calificó de "complicada". "Se ha puesto de manifiesto que no se han cumplido las expectativas de los que ganaron el congreso; ellos convocaron unas primarias que no estaban previstas para legitimar lo que no consiguieron en tal congreso y resultó que el vencedor de las primarias no fue el que se esperaba", narró Guerra.

A su juicio, actualmente "hay un espacio que hay que llenar y sería bueno que fuera un comité federal el que lo decidiera". Guerra subrayó que la ejecutiva había decidido no convocarlo hasta después de las elecciones, aunque remachó que hay otro procedimiento. En ningún momento señaló que fuera a forzar la celebración del comité federal.

Los partidarios de guerra reclamaron durante todo el día que el nuevo candidato tenga un respaldo mayoritario, lo que indica implícitamente que en la ejecutiva que saliera de ese congreso tendría que haber también representación del sector guerrista, que resultó barrido en el anterior congreso. Almunia rechazó esta posibilidad e instó a los peticionarios a que trabajen para ganar el 13-J.

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En pocas horas los guerristas tuvieron ocasión de hacer su petición, escuchar al secretario general negársela y, como consecuencia, asegurar que se acabó la polémica y que hasta los comicios no volverán a hacer la solicitud. Mucho menos proponer la celebración del comité federal.

Lo importante para ellos es que el mensaje quedara plasmado. Los diputados Txiki Benegas, Francisco Fuentes, Francisco Fernández Marugán y Matilde Fernández expresaron lo que ya dijo Guerra el pasado viernes nada más producirse la dimisión de Borrell: es el momento de un congreso extraordinario. Los guerristas hablan de "pacificar" el partido y de elegir a un candidato que tenga respaldo absoluto. Al hablar de pacificación, los guerristas aluden implícitamente al "mal cierre" del anterior congreso; esto es la elección de una ejecutiva en la que no sentaron porque los puestos que se les ofrecían eran insuficientes.

La dirección del PSOE y los guerristas sí coinciden en algo: la irritación de los 65.000 aspirantes a concejales y de los candidatos a la presidencias autonómicas y al Parlamento de Estrasburgo por que su campaña quede tapada por controversias de partido.

Borrell se despide como portavoz del PSOE y afirma que no deja la política

El ex candidato socialista a la presidencia del Gobierno, José Borrell, se despidió ayer de los diputados y senadores del Grupo Socialista asegurándoles que no deja la vida política y que se ofrece a la dirección del partido y del grupo para trabajar. Borrell, cuatro días después de su decisión de abandonar su responsabilidad, consideró que su iniciativa ha sido acertada, y pidió a sus compañeros que no le conviertan "ni en héroe ni en mártir". Cierto malestar recorrió los bancos socialistas por el hecho de que la dirección del grupo no permitiera un debate tras las palabras de Borrell, por lo que no hubo ocasión de hacerle una despedida.Unos 130 parlamentarios, entre diputados y senadores, se reunieron ayer en una sala del Congreso para despedir al que hasta ayer era portavoz de todos ellos como candidato a la Presidencia del Gobierno. Borrell no dijo cosas muy diferentes de las que ya manifestó el lunes ante la comisión permanente del grupo parlamentario y la Ejecutiva Federal.

Ahora bien, sí afirmó en esta reunión a puerta cerrada que no va a desaparecer "del escenario político", aunque, eso sí, su presencia ahora sería discreta y a disposición de la dirección socialista. Por tanto, continúa como vocal de la ejecutiva y en su escaño en el Congreso.

Borrell reiteró que dimitía por entender que las irregularidades cometidas por sus ex colaboradores Ernesto de Aguiar y Josep María Huguet iban a "contaminar" toda la campaña para las elecciones del 13-J, en la que el ex candidato, según dijo, tendrá una presencia "razonable".

Sin turno de palabra

Tras la intervención de Borrell vino la del secretario general, Joaquín Almunia e, inmediatamente después, el que será portavoz en la práctica cotidiana, Luis Martínez Noval, levantó la sesión. Los parlamentarios se quedaron un tanto desconcertados, ya que muchos de ellos tenían algo que decir a Borrell y a Almunia. Los diputados Antonio García Santesmases y Carlos Dávila lamentaron que no hubiera turno de palabra.

Por la tarde, el ex vicesecretario general, Alfonso Guerra, ironizó sobre el asunto. "Los que han convocado al grupo lo hicieron para tener un debate, ¿no?". Martínez Noval dijo a este periódico que asumía "personalmente la responsabilidad" de no dar la palabra ya que sólo se trataba de que Borrell se despidiera.

Los parlamentarios socialistas sí comentaron en los pasillos sobre lo que pudo pasar el pasado domingo en la reunión de Toledo en la que estuvo Felipe González con los tres presidentes barones socialistas -Manuel Chaves, Juan Carlos Rodríguez Ibarra y José Bono- además de Joaquín Almunia y los miembros de la ejecutiva Ciprià Ciscar, Juan Manuel Eguiagaray, Alfredo Pérez Rubalcaba y la candidata europea, Rosa Díez.

Quedó claro que González no será el candidato, pero también hubo una bronca de Rodríguez Ibarra a los miembros de la ejecutiva por haber convocado sin que nadie lo pidiera unas primarias y volver ahora a la elección del candidato con la opinión exclusiva de la cúpula. Algunos de los asistentes aseguran que hubo momentos de fuerte tensión entre Rodríguez Ibarra y Pérez Rubalcaba.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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