Un respiro para los bosques valencianos

El espectacular descenso en el número de hectáreas arrasadas por los incendios a lo largo de esta legislatura ha abierto un suculento debate entre los distintos partidos. Tras el fatídico cuatrienio 1991-1994, en el que ardieron 44.426, 26.188, 25.966 y, el peor año recordado, 134.404 hectáreas, se han sucedido cuatro años casi balsámicos para los bosques valencianos, donde apenas se han calcinado 6.000 hectáreas en total. El Partido Popular, que domina el Consell merced a su pacto con Unión Valenciana, afirma que el éxito se debe a las eficaces labores de extinción que asume la Consejería de Presidencia. Los regionalistas se han aprestado a atribuirse los méritos. Su explicación: de la política de prevención, "más importante que la de extinción", según el líder de UV, Héctor Villalba, se encarga la Consejería de Medio Ambiente, en manos de su correligionario José Manuel Castellá. Mientras se ponen los dos socios de Gobierno de acuerdo en si los vientos de poniente (tradicionales emisarios del fuego) votan al PP o a UV, la oposición quita importancia a las cifras. Así, se asegura que las condiciones meteorológicas han sido mucho más benévolas esta legislatura, ya que la menor incidencia del fuego ha sido generalizada en toda España e incluso más exitosa en otras autonomías con el mismo rango de lluvias y clima. Así, con cifras del Ministerio, el índice de eficacia (media de hectáreas arrasadas por incendio) en 1997 fue de 2,3 en la Comunidad Valenciana, peor que en Murcia (0,7), Baleares (0,7) y Catalunya (1,3). Es más, la eficacia contra el fuego no es ni más ni menos que la que ya se daba hace una década... con un presupuesto 20 veces inferior. También alertan de que no se puede caer en el triunfalismo. De momento, en 1999 ya han ardido 1.021 hectáreas, el triple que el año pasado por estas fechas.