Una política histórica, ahora independiente, en una candidatura unitaria y progresista
Para Dolors Calvet (Sabadell, 1950), la candidata independiente de la Entesa per Sabadell-Iniciativa i Esquerra, la presentación pública de la lista que encabeza ha sido también la liberación de un pertinaz desasosiego. Mantuvo unas largas y duras negociaciones, pero al final lo consiguió: una coalición de partidos trufada con independientes. Calvet ha sido tenaz -siempre insistió que no aceptaría ir bajo las siglas de un partido- y se ha obstinado en lograr el acuerdo entre los sectores progresistas de la ciudad. Ecosocialistas y anguitistas forman en su lista una amalgama junto a independientes, integrantes del Manifest per un bon Ajuntament d"esquerres y militantes de la Candidatura d"Unitat Popular (CUP). No ha sido una victoria holgada, la asamblea de Iniciativa decidió entrar en la Entesa por una diferencia de dos votos un día antes de que la lista fuera oficial, aunque los ecosocialistas creen que merecían más -Iniciativa no tiene un papel preponderante en la Entesa-, pese a que fue esta formación la que dio el impulso definitivo a la candidata. El caso es que Calvet, quien vive con su compañero y sus dos hijas, ha demostrado ser tenaz y obstinada -dura en algunas ocasiones, pero con dominio de la dialéctica- y tener capacidad de organización, imaginación, y mucha cautela. Algo que ha aprendido a lo largo de una densa e interrumpida trayectoria política. Puede que el gusanillo de la política le entrara a los 16 años, cuando daba clases de alfabetización en el humilde barrio de Merinals, en Sabadell. Pronto se emancipó. Sus ideas políticas no coincidían con las de sus progenitores, y se fue a vivir a L"Hospitalet, donde empezó a tener un papel activo en el PSUC. Pese a que la madera de política ya hacía tiempo que se tallaba, su escuela fue la de la transición. El día a día; o, dicho de otro modo, soluciones improvisadas, no escritas en los manuales, y rápidas decisiones. A los 27 años, fue diputada por el PSUC en las primeras Cortes de la democracia española y tomó parte muy activa en el proceso constitucional y en la elaboración del Estatuto de Cataluña. Entre 1980 y 1984 fue diputada al Parlament y, más tarde, durante dos mandatos, fue teniente de alcalde de Urbanismo de Sabadell. Un recorrido por la política que ha combinado con el periodismo y con la docencia. Empezó estudiando Económicas, pero, en cuanto pudo, se matriculó en Ciencias de la Información. "Mi vocación era la de periodista", asegura. Trabajó para la desaparecida revista Arreu, como corresponsal de La Vanguardia y del Avui, y colaboró en un sinfín de revistas especializadas. También ha pasado por varios gabinetes de prensa. A principios de los ochenta, trabajó en el Colegio Oficial de Licenciados en Filosofía y Letras; hasta hace poco ha ejercido como periodista en el de Ingenieros; y, antes de ocupar el cargo de teniente de alcalde, era la responsable del gabinete de prensa del Ayuntamiento de Sabadell. En la actualidad, también es profesora de Urbanismo en la Universidad Politécnica de Cataluña. Calvet devolvió su carnet de Iniciativa antes de la última escisión. Defiende las listas abiertas y opina que "la sociedad va por un camino y los partidos por otro". Comentarios que a veces le han acarreado críticas. Tiene la inestimable ayuda del carismático alcalde de Sabadell, Antoni Farrés, quien deja la alcaldía después de 20 años de mandato y presenta a Calvet como su "heredera". Desde que Farrés logró la alcaldía en 1979 y la revalidó sucesivamente, el resultado de las municipales es, por primera vez, una incógnita en Sabadell.
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