El presidente afirma que Acebes y Jáuregui impidieron la reforma del Estatuto de Autonomía

La reforma del Estatuto de Autonomía impulsada por las Cortes por acuerdo mayoritario no ha llegado a culminarse a lo largo de la presente legislatura porque lo impidieron Ángel Acebes, actual ministro de Administraciones Públicas y antes coordinador del PP, y Ramón Jáuregui, responsable de política autonómica de la ejecutiva federal del PSOE. Zaplana comentó ayer que el programa marco del PP para las próximas elecciones autonómicas rechaza la revisión de los estatutos, pero aseguró haber arrancado una coletilla para poder retomar las negociaciones en la Comunidad Valenciana.

Zaplana participó en un almuerzo organizado por el Club Jaume I donde se explayó distendido sobre diversas cuestiones de actualidad. A una pregunta sobre la paralización de la reforma del Estatuto de Autonomía, cuyo estudio fue aprobado por todos los grupos parlamentarios, el presidente explicó que las mayores resistencias han procedido de parte de los aparatos estatales de los dos grandes partidos mayoritarios. Zaplana explicó que los sucesivos pactos de socialistas y populares en el Congreso de los Diputados con nacionalistas catalanes, vascos o canarios han condicionado la escena política y han llevado a los dos grandes partidos a paralizar cualquier iniciativa que provocara un debate sobre la actual configuración del Estado de las Autonomías. El presidente afirmó que la primera redacción del programa marco del PP para las próximas elecciones autonómicas descartaba cualquier modificación de los estatutos vigentes, pero aseguró haber arrancado al presidente de Gobierno, José María Aznar, una excepción para aquellas comunidades en las que el proceso de reforma se encontraba en trámite. La coletilla afecta exclusivamente a la Comunidad Valenciana, en la que se ha creado una comisión parlamentaria especial para revisar la actual redacción de la norma básica del autogobierno. A pesar de los problemas surgidos durante la presente legislatura, Zaplana se mostró convencido de que la reforma será un hecho poco después de las próximas elecciones autonómicas. El presidente de la Generalitat asumió la condición de voz autorizada en el seno del PP a la hora de expresar las aspiraciones de los gobierno regionales cuando formuló recientemente una iniciativa en materia de financiación autonómica que persigue un modelo estable y definitivo para el conjunto del Estado. Hasta la fecha, el PP ha atribuido la paralización de los trabajos en el seno de la comisión para la reforma del Estatuto a los problemas internos del PSPV, pero Zaplana se sinceró ayer y trasladó la responsabilidad a los responsables autonómicos de los dos grandes partidos. Incluso descargó a los socialistas valencianos de sus posibles culpas en el retraso de un pacto político de gran calado para la Comunidad Valenciana. La presencia autonómica de Zaplana frente al Estado no deja de consolidarse. El hecho de que Aznar sólo tenga previsto acudir a la Comunidad Valenciana para inaugurar la Oficina de Armonización del Mercado Interior (OAMI) en la ciudad de Alicante durante la próxima campaña electoral no constituye un problema para los populares valencianos, sino que refuerza la posición autonomista que persigue ofrecer el presidente de la Generalitat. La responsabilidad sobre la falta de acuerdo en torno a la composición de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) sí fue descargada sobre los socialistas. Ante un foro especialmente sensible al caso, Zaplana atribuyó a Joan Romero, ex secretario general del PSPV, una intransigencia impropia de un acuerdo institucional de tanta relevancia para la Comunidad Valenciana. Sin embargo, calificó como un logro el apoyo muy mayoritario de las Cortes a la ley de creación de la AVL y destacó la paz social que impera en la actualidad en torno a la polémica lingüística. Recordó la multitudinaria manifestación que recorrió las calles de Valencia en 1997 ontra la unidad de la lengua catalana, pero destacó que el asunto permanece totalmente al margen del debate político en la precampaña electoral, muy al contrario de los sucedido hace cuatro años. El presidente admitió que las dimisiones de Romero, primero, y de José Borrell, después, benefician a los populares, pero insistió en que la mayoría absoluta debe pelearse hasta el último momento y se negó a garantizarla. Comentó que, según las encuestas de que dispone, lo más probable es que Unión Valenciana logre alcanzar representación en las Cortes el próximo 13 de junio, pero afirmó que el futuro político de sus actuales socios de gobierno se presenta muy complicado.