Maestra, feminista y transformadora
Lo incluía siempre en los mítines: "Las mujeres somos la fuerza transformadora de la sociedad". Hasta tal punto repetía la frase que sus compañeros de partido la bautizaron y cuando se acercaba siseaban: "Aquí llega la fuerza transformadora." Helena Arribas, 42 años, maestra, ejerce en la escuela Pau Casals de la población, fue concejal de cultura en el Gobierno socialista de Martí Carnicer y ha estado en la oposición en el último mandato. Además, es senadora y ha centrado sus tareas en la comisión de Educación y Cultura, una tarea de la que está orgullosa: gestionó la subvención para rehabilitar la sede del Institut d"Estudis Catalans, para el teatro de la Lira de su municipio y la moción para restaurar el Museo Pau Casals. Se ríe con lo de la fuerza transformadora -desconocía haber recibido semejante mote-, se define feminista -"todos, sin distinción de sexos, deberíamos serlo"-, federalista -"más maragalliana que borrellista"-, y promete a su electorado ecuanimidad. Es cuando utiliza esta última palabra cuando se le tuerce el gesto y endurece el discurso: denuncia el amiguismo entre el Gobierno de CiU y el del PP. Según ella, en El Vendrell tienen trabajo los votantes convergentes y la colocación de familiares y colegas en el consistorio está a la orden del día. Ecuanimidad, control del gasto -"se ha triplicado el endeudamiento municipal en sólo cuatro años y no precisamente por las inversiones, sino por el incremento de la plantilla municipal"-, preservación total del espacio natural de las Madrigueres, la última playa virgen de la comarca, regulación del tráfico caótico de la ciudad y mantenimiento de la dimensión humana de un municipio, el que más crece de Cataluña, tanto que pasará de los 17 a los 21 concejales, en un Baix Penedès que se convierte a pasos agigantados en el tercer cinturón de Barcelona: "No todo es urbanizable". Nacida en Reus, llegó hace 25 años a El Vendrell. La hija mayor de una familia de pedagogas, de padre asturiano y marino, su madre ejercía de maestra en El Vendrell y allí Helena Arribas conoció a su marido, hermano de la cantante Marina Rossell, hace saber la candidata socialista. Licenciada en filología francesa, apostó por la enseñanza y por los pequeños: "Quería enseñar a leer". Hace ocho años que le llegó el turno en política. El anterior edil socialista responsable de Cultura manifestó al entonces alcalde Martí Carnicer su voluntad de no repetir y apareció su nombre. Por entonces, la implicación de Arribas en el movimiento de renovación pedagógica ya llevaba años, impulsó la federación del Baix Penedès, Alt Penedès y Garraf de dicho movimiento y participaba en Rosa Sensat. Accedió. Abandonó la educación -"por un tiempo, de la política no hay que hacer una profesión"- y se dedicó al Departamento de Cultura como independiente entre 1991 y 1995, año en el que CiU arrebató la alcaldía al PSC por 62 votos. Arribas pasó a la oposición y se afilió, porque, afirma, había que reactivar el equipo de trabajo y eso sólo era posible desde el partido. El paradigma de la mujer progresista, la capacidad de aproximarse a la gente y al elector y el hecho de ser conocida por sus conciudadanos hizo que su partido apostara por ella. Compañeras del PSC la presentan como una mujer muy realista, sin caer en el pragmatismo, y con unas gotas de idealismo. Ella se define de forma parecida: realista y romántica. Se la considera meticulosa y trabajadora -"hace los deberes"-, y, tanto por su forma de hablar de maestra, pausada y clara, como por su personalidad, afirman que cuesta imaginársela perdiendo los papeles. "No tomé yo la decisión de presentarme, no la adoptas tú, sino los compañeros", y añade que se lo pensó mucho. Hace cuatro meses que es madre de una niña a la que se le puso de nombre Anna en honor a la patrona de El Vendrell y porque es corto y fácil de aprender, escribir y leer -nuevamente pragmatismo y romanticismo en conjunción-. Tras consultar con sus allegados, se dejó seducir por la idea. El 50% de su equipo son mujeres, y pese a que reconoce que el porcentaje por cuota no es la solución óptima, "hoy por hoy continúan siendo necesarias". "Por ejemplo, en el grupo de CiU en el Senado no existe ninguna mujer y la cuota asegura la implicación". Algunos le critican la falta de contundencia en el cuestionamiento de las tareas de gobierno del alcalde Benet Jané, algo que reconoce: "La oposición ha sido crítica, pero no destructiva".
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