El Supremo impide a Netanyahu el cierre de la representación palestina en Jerusalén

El Tribunal Supremo israelí abortó ayer la penúltima maniobra electoral del primer ministro, Benjamín Netanyahu, al suspender la orden de cierre de Orient House, la más importante institución palestina en Jerusalén oriental. El alto tribunal congeló la clausura de tres centros de estudio radicados en Orient House hasta después de la celebración de los comicios. La decisión judicial ha supuesto un duro revés para Netanyahu, que continúa perdiendo credibilidad y popularidad: los últimos sondeos le sitúan ya 13 puntos por debajo del laborista Ehud Barak.

La magistrada israelí Dalia Dorner decidió por la mañana aceptar a trámite la demanda planteada por nueve israelíes, militantes de la asociación pacifista Ir Shalem (Ciudad Íntegra), que pedía que quedara sin efecto la orden de cierre del Instituto de Geografía y Medicina, del Centro de Instituciones Nacionales y del Centro de Estudios Internacionales. Netanyahu estimaba que esos departamentos de Orient House servían de pantalla a actividades de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), en contra de lo pactado en los acuerdos de Oslo. La orden de clausura firmada por Netanyahu debía ser ejecutada a media tarde.La magistrada aceptó parcialmente los argumentos de los pacifistas, cuyo recurso calificaba la medida de Netanyahu como de "maniobra electoralista" y mantenía que Israel no tiene ninguna razón para cerrar Orient House, dado que "la seguridad del país no está en peligro". El Supremo, sin embargo, ha pedido información complementaria sobre el conflicto para decidir sobre el fondo del asunto una vez pasados los comicios del día 17.

La decisión del Supremo fue acogida con cánticos de alegría y lanzamiento de cohetes, disparados por centenares de militantes de Al Fatah y funcionarios palestinos, que se encontraban atrincherados en el edificio desde hacía tres días, dispuestos, decían, a defenderlo con las armas y con su vida si hubiera sido preciso.

Faisal Husseini, uno de los máximos dirigentes de la OLP y director de Orient House, fue aclamado como un héroe por sus seguidores, mientras la práctica totalidad de los cónsules generales de Jerusalén se daban cita en el recinto, con la única destacada ausencia del norteamericano, que ha venido jugando un importante papel de mediador en el contencioso.

"Es una buena ocasión para que Netanyahu reconsidere sus cálculos, porque está completamente aislado", aseguró Faisal Husseini a la prensa. "Jerusalén es demasiado importante y sagrada como para que sea utilizada para fines electoralistas".

La resolución judicial será acatada por el Gobierno, afirmó Netanyahu mientras observaba con preocupación cómo seguía cayendo, a seis días de las votaciones, su cota de popularidad: sondeos publicados ayer le colocan ya 13 puntos por debajo de su gran rival Barak, que dirige la coalición Un Israel.

En un intento de recuperar terreno, Netanyahu ha grabado un anuncio electoral para la televisión en el que reconoce haber cometido en los últimos tiempos importantes errores, pero pide a los militantes y seguidores decepcionados del Likud que vuelvan "a casa", al seno del partido. Nunca se había visto a Netanyahu tan abatido.