Pujol presenta tres inversiones como balance de su visita a Japón

A tan sólo 16 días del inicio de la campaña de las elecciones municipales, Jordi Pujol regresa hoy a Cataluña de su viaje oficial a Japón con el compromiso de tres empresas niponas de invertir más de 8.000 millones de pesetas en la ampliación de dos plantas en Granollers y Sant Fruitós de Bages y la construcción de otra en el Baix Penedès. Se da la circunstancia de que la inversión de Denso en Sant Fruitós fue anunciada por la empresa hace un mes.

A primera hora de la mañana de ayer , el presidente de la Generalitat confesaba que las inversiones japonesas no entienden de calendarios electorales, y que él no se había trasladado al sudeste asiático con el objetivo de regresar a Cataluña con una maleta cargada de trofeos. La empresa Yamashita destinará un total de 2.200 millones de pesetas a la construcción de una nueva planta en Santa Oliva (Baix Penedès) dedicada a la fabricación de piezas de caucho para automóviles. La compañía se ubicará junto a las instalaciones del IDIADA -la primera de su polígono industrial- y creará 110 puestos de trabajo. La inversión más destacada por su volumen de contratación será la de Denso en Sant Fruitós de Bages, ya que en menos de dos años duplicará su plantilla hasta alcanzar los 400 puestos de trabajo. Denso destinará 2.200 millones de pesetas a fabricar componentes para la inyección de gasolina. La compañía anunció esta inversión hace un mes desde su filial española. Pujol desayunó con la prensa en la Embajada española en Tokio, almorzó en la sede de Honda, tomó café en Nissan y cenó con una destacada representación del poder empresarial nipón. Una jornada, la última de su viaje, con claro acento económico. Ofreció a los medios de comunicación una densa conferencia sobre los intercambios comerciales entre Cataluña y Japón; consiguió el compromiso de Nissan -recientemente adquirida por la francesa Renault- de no dar marcha atrás a su intención de fabricar el monovolumen Tino en su planta de la Zona Franca, en Barcelona, y cautivó en el brindis de la cena a más de 60 empresarios nipones con un discurso de alto contenido nacionalista. En un país que siente fervor por sí mismo, dos empresarios lloraron y el presidente mundial de Nissan, emocionado, se fundió en un abrazo con Pujol. El presidente de la Generalitat les habló a los empresarios del espíritu de superación, de la autoexigencia, de la disciplina en el trabajo y de la tradición, pero sobre todo de la estima por el propio país. Unos valores que los japoneses llevan profundamente arraigados, al igual que los catalanes, a juicio de Pujol. "La verdadera riqueza de un país es su gente", manifestó el presidente. Entre 1986 y 1998, los grupos nipones han invertido en Cataluña 481.000 millones de pesetas y han creado 115.000 empleos directos e indirectos. El presidente catalán se entrevistó también ayer con el presidente japonés, el liberal Keizo Obuchi, por espacio de 20 minutos. Jordi Pujol destacó el alto grado de implicación de las comunidades autónomas en la captación de inversiones japonesas, una iniciativa que el presidente se apropió.