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González: "España puede pagar el precio de su desagregación sin que acabe la violencia"

Anabel Díez

Paso a paso se está produciendo la ruptura de los elementos de cohesión que hacen que España, o cualquier país, sea una nación. Ésta es la visión del ex presidente socialista Felipe González, que culpó de esta ruptura al Ejecutivo del PP en igual o mayor medida que a los nacionalistas por sus reivindicaciones. En un discurso en la Fundación Alternativas, González llevó este asunto a la tregua de ETA y afirmó: "El fin de la violencia puede pasar por el pago de la desagregación de España, pero también podemos pagar ese precio de desagregación sin que acabe la violencia".

El ex presidente del Gobierno se refirió también a otra de las consecuencias de esa "desagregación" de España en relación con la profesionalización del Ejército y la evidencia de que apenas hay voluntarios de determinadas comunidades autónomas: pronto los ciudadanos de un tercio del territorio no tendrán ni un solo soldado, ni un solo suboficial de su región, por lo que sentirán que hay en su tierra un "ejército de ocupación". En su opinión, un pacto de Estado entre el PP y el PSOE, "y todos los que apuesten por la España de la diversidad", pondría coto a esta situación.González desgranó durante casi dos horas de conferencia y un coloquio posterior su percepción sobre la España actual partiendo de 20 años de Constitución. "De la ruptura de España no se va a beneficiar nadie; para defender nuestros intereses es mejor un Estado fuerte que uno destrozado; este disparate nos debilita y pido al Gobierno una actitud de compromiso con un proyecto para España y no ese dejar pasar como que no ocurre nada y ya nos pararán los gabachos", dijo.

Legitimación de la violencia

Ese tono humorístico del ex presidente socialista se tornó grave al describir algunos de los escenarios posibles en torno a la tregua de ETA. Uno de ellos sería el del fin de la violencia a cambio de la "desagregación" de España, lo que llevaría consigo "la legitimación de la violencia del pasado, del presente y la del porvenir".Aunque González señaló que es posible que la paz llegue sin tocar elementos territoriales, advirtió de que también "se puede pagar el precio de la desagregación sin que acabe la violencia". Por ello, en su opinión "hace falta un pacto de Estado entre el PP y el PSOE, no sólo con ellos, con todos los que quieran la España de la diversidad, pero desde luego sin estos dos partidos no es posible".

Sin embargo, el ex presidente no se mostró muy esperanzado respecto a que este acuerdo pueda fraguarse. "En Moncloa prefieren perder un ojo con tal de que en Ferraz se queden ciegos, y eso lo saben los nacionalistas", ironizó. Y es que para González "la derecha española no tiene remedio". Si en la República se creó la Confederación Española de Derechas Autónomas, ahora están en lo mismo pero "sin la E".

En todo momento el ex presidente quiso dejar claro, con apostillas permanentes, que su modelo no es el de un nacionalista español, ya que defiende la diversidad y la identidad de los distintos pueblos de España. González aseguró que en los últimos tiempos personajes latinoamericanos le preguntan a quién deben su herencia si el concepto de España está en duda. Como respuesta, el ex número uno del PSOE constata que el Nuevo Continente, desde más al norte del río Grande hasta la Patagonia está plagado de apellidos vascos. "Los vascos son los más originariamente españoles, pero no lo saben", afirmó.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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