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El grupo Chevron negocia la compra de Texaco por 38.650 millones de euros

La petrolera estadounidense Chevron estudia la compra de su competidora Texaco, en una operación de 38.650 millones de euros (42.000 millones de dólares), para crear la cuarta compañía del sector en el mundo. Ayer la junta de directores de la argentina YPF estudió la oferta de compra de Repsol. Anoche, una fuente de los directores dijo a Efe que "la junta lo veía conveniente", lo que hace pensar que hoy se comunicará la luz verde a la operación.

La fiebre de fusiones y adquisiciones en el sector petrolero mundial no da tregua. Ayer, el diario The Wall Street Journal informó que las petroleras estadounidenses Chevron y Texaco mantienen conversaciones para una posible fusión. Según esta fuente, Chevron estudia comprar Texaco por 42.000 millones de dólares (38.650 millones de euros o 6,4 billones de pesetas), lo que supone que la primera pagará en torno a 80 dólares por acción de la segunda. De concretarse la operación, la compañía resultante ocuparía el cuarto puesto mundial por facturación.Ninguna de las dos empresas confirmó o desmintió la información, pero el mercado apostó (de momento) por su cristalización. A menos de tres horas del cierre de la sesión de ayer en Wall Street, las acciones de Texaco subían un 1,3%, mientras que las de Chevron, en torno a un 1%. En declaraciones recientes, tanto el presidente de Chevron, Kenneth Derr, como el de Texaco, Peter Bijur, insistieron en que no necesitaban socios; pero, al mismo, tiempo reconocían que iban a considerar una fusión si ésta le suponía a sus empresas una mayor competitividad. Además, Chevron, con sede en California, y Texaco, de Texas, ya trabajan juntas. Comparten el control de Caltex (primera sílaba de sus estados de origen), una firma que genera unas ventas anuales de más de 14.000 millones de dólares (12.880 millones de euros) anuales y que opera en todas las fases del negocio petrolero en el sureste asiático, Oriente Medio y el sureste africano.

Fuerte concentración

El movimiento de concentración del sector petrolero mundial es tan intenso que en un mismo día, ayer, hubo novedades acerca de otras dos grandes operaciones de fusión. La primera atañe a la española Repsol y la argentina YPF. El consejo ejecutivo de la última se reunió para analizar un informe encargado al Crédit Suisse First Boston sobre la conveniencia de aceptar o no la oferta de compra de Repsol -lanzada el 30 de abril pasado- de 13.437 millones de euros (2,08 billones de pesetas) por el 85,1% de las acciones de YPF. Los indicios apuntan a que se aprobará.Por otra parte, la petrolera estatal noruega Norsk Hydro ha propuesto la compra, a través de un intercambio de acciones, de su competidora privada Saga Petroleum. La oferta consiste en una acción de Norsk Hydro por cada una de Saga. Todas estas operaciones se unen al movimiento de concentración que disparó la caída del precio del crudo desde finales de 1997 a principios de este año. El puntapié inicial lo dio BP a mediados de 1998 con la compra de Amoco, y a ésta operación le siguieron las fusiones de Total de Francia y la belga Petrofina, las estadounidenses Exxon y Mobil y la vuelta a la carga de BP con la adquisición de Atlantic Richfield, para mencionar sólo las operaciones de mayor envergadura.

Pero si bien el proceso de concentración comenzó como una defensa frente a los escasos márgenes de ganancia que experimentaron las grandes petroleras internacionales en la actividad de exploración y explotación, éste no se ha detenido, sino que se ha acrecentado ahora, cuando, tras el último acuerdo de reducción de crudo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), el precio del barril ya ha superado los 16 dólares frente a los 10 dólares que valía en diciembre pasado. Ayer, el barril de crudo brent en el mercado de Londres llegó a cotizar a 16,41 dólares, 25 centavos por encima del cierre del viernes pasado.

La subida, según los expertos, se debió en gran parte a que la Agencia Internacional de Energía (AIE) certificó en su informe de abril que los miembros de la OPEP redujeron en 1,6 millones de barriles diarios su producción de crudo durante el mes pasado, un 5,75% menos de lo que produjeron en marzo. Además, la demanda mundial de petróleo aumentó en 90.000 barriles diarios durante el mismo mes. La crisis del petróleo ha costado a los miembros de la OPEP 76.400 millones de euros (12,7 billones de pesetas) en los últimos 15 meses.

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