Eizmendi discrepó, pero acató a Romaní
Andoni Eizmendi, ex director general de la Corporación Industrial Banesto, cesado en vísperas de las navidades de 1991, declaró ayer en calidad de testigo que tanto en la compra de un 50% de la sociedad Dorna Promoción del Deporte, como en la entrada en el centro comercial Concha Espina siguió instrucciones de su superior. Esa persona era el entonces consejero delegado de la Corporación, Arturo Romaní.Según reveló Eizmendi, él mantuvo discrepancias sobre el precio que pagó el grupo Banesto (10.500 millones de pesetas) por la compra del 50% de Dorna Promoción de Deporte ya que era difícil valorar lo que valía entonces el contrato con el Real Madrid Club de Fútbol, el mayor de los activos de la sociedad adquirida. "Hice un informe con mi discrepancia", dijo.
El fiscal Javier Sánchez Junco le preguntó qué pasó con ese informe. "El señor Romaní me dijo que teníamos que comprar el 50% y me dio el precio de los 10.500 millones", contestó Eizmendi.
Una situación similar se planteó con el centro comercial Concha Espina, según Andoni Eizmendi, operación en la que también mantuvo discrepancias, entre otras cosas porque dicho centro tenía escasos fondos propios y dependía de los créditos de Banesto. Tampoco en esta operación, dijo, se aceptaron sus recomendaciones.
La defensa de Arturo Romaní intentó neutralizar algunas de las afirmaciones del testigo, quien se mantuvo en sus argumentos.
Al final de la declaración, Romaní se mostró enfadado y dijo en petit comité que Andoni Eizmendi no decía la verdad.
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