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El enfermo oncológico no debe sufrir

El cáncer provoca dolor en tres de cada cuatro pacientes oncológicos, pero el arsenal terapéutico disponble permite controlar estos síntomas. Éste es el principal mensaje del proyecto Algos (dolor, en griego), una iniciativa de un grupo de 58 oncólogos españoles que pretende sensibilizar a los pacientes de cáncer, a los médicos que tratan esta enfermedad y a la sociedad en general ante el hecho de que el dolor oncológico no tiene por qué ser soportado como algo inherente al proceso, puesto que el actual arsenal terapéutico puede controlarlo.En el proyecto Algos se van a desarrollar actividades divulgativas, dirigidas a pacientes, familiares y sociedad en general, cuyo mensaje se hará llegar a través de los medios de comunicación y de carteles y folletos explicativos que se repartirán por todos los hospitales españoles. Igualmente, se organizarán actividades formativo-científicas para médicos y personal de enfermería, se estudiarán protocolos de actuación frente al dolor y se promoverán estudios epidemiológicos y proyectos de investigación sobre el manejo de este síntoma con el que continúan muriendo más de la mitad de los pacientes oncológicos de los países desarrollados.

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Aprender a modular el dolor

Según Eduardo Díaz Rubio, catedrático de Oncología Médica de la Universidad Complutense de Madrid y coordinador de este proyecto, en el 70% de los enfermos con cáncer el dolor es el síntoma principal y el más frecuente. En la mitad de ellos aproximadamente el dolor es de intensidad entre moderada y grave, y en un 30% es insoportable.

Son numerosos los estudios, según Díaz Rubio, en los que se demuestra que el dolor oncológico es a menudo tratado inadecuadamente, cuando este síntoma interfiere notablemente en la calidad de vida del paciente y le conduce a un estado de ánimo depresivo, que en nada favorece a la enfermedad.

"Los médicos", reconoce Díaz Rubio, "a veces estamos más preocupados por otros aspectos de la enfermedad, como comprobar si el proceso remite o al menos no progresa, que por detalles tan relevantes como el dolor. Y también sucede que el propio paciente, si no tiene un dolor insufrible, no cuenta al médico que tiene dolor, por asumir que es algo inherente a su problema".

Para Díaz Rubio, los fármacos opiodes actualmente disponibles, derivados de la morfina, son muy eficaces para calmar el dolor en sus distintos grados, ya sea por vía oral, cutánea o inyectable.

Este especialista advierte que los pacientes deben perder el miedo a los derivados de la morfina "Hoy estos medicamentos son absolutamente seguros cuando se manejan correctamente", asegura, y subraya la necesidad de dar más facilidades a los profesionales sanitarios para que puedan prescribir y dispensar este tipo de fármacos, ya que "la ley española sobre opiodes es muy restrictiva".

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