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ELECCIONES 13-J Precampaña

Aznar y Borrell abren la precampaña del 13-J acusándose de dañar los intereses de España

El presidente del Ejecutivo, José María Aznar, y el candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, José Borrell, dieron ayer de hecho el pistoletazo de salida de la precampaña del 13-J dirigiéndose acusaciones mutuas de estar haciendo daño a España con sus respectivas actitudes políticas. Aznar aprovechó la presentación de la candidatura europea del PP para recriminar a los socialistas que el jueves pasado votaran en Estrasburgo contra la ratificación de los acuerdos sobre la Agenda 2000 y les echó en cara que hayan estado "con todos los cañones preparados" para intentar acabar con él durante las negociaciones clave de la UE. La candidata Loyola de Palacio inició el ataque acusando al PSOE de deslealtad y de realizar "casi un sabotaje" contra los intereses de España al votar contra la ratificación de la Agenda 2000. Borrell, de campaña en Oviedo, fue contundente al hacer balance de los tres años de gobierno de Aznar: "El papel de España en el mundo es ahora menos relevante.España es más injusta y menos solidaria; su democracia es más frágil, y el Parlamento menos respetado desde que gobierna el PP. Ha sido un viaje hacia atrás y hacia las desigualdades".Aznar buscó el escenario apropiado para desarrollar su estrategia de ataque: la fiesta de presentación de la lista del PP para las elecciones europeas, en la que los populares congregaron a unos 2.000 seguidores, a los números uno de varias formaciones del Partido Popular Europeo y al expresidente de la Comisión Europea Jacques Santer. Ante ellos, acusó a la oposición socialista de haber ninguneado su proyección internacional, antes, y de intentar derribarle ahora, incluso con "los cañones preparados", para impedir que lograra con la entrada de España en el euro un éxito sólo superado por la fundación europea en el Tratado de Roma de 1956.

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El presidente invocó la fatalidad histórica de España de estar ausente en las grandes citas europeas, pero como contrapunto se mostró capaz de no perder ya ningún tren, sobre todo desde que él está en estos foros, desde hace tres años. En esta línea, y ante la mirada atenta de Santer, al que dedicó unas palabras de elogio por su labor al frente de una Comisión Europea que tuvo que dimitir en bloque en marzo, Aznar recordó cuando los socialistas se mofaban de él y del PP en 1996 presentándole como un imposible y se preguntaban "¿os imagináis a esos en Europa y en el mundo?".

A partir de ahí puso el mérito en haber participado como mandatario en los grandes avances europeos cosechados en los tres últimos años, como el nuevo Tratado de la UE, la puesta en marcha de la ampliación de la Unión hacia el Este, la llegada a tiempo al euro y la Agenda 2000. La integración en el euro, significó, es "tan importante" como el Tratado de Roma porque el reto llevó a España a cumplir todos los requisitos de convergencia en apenas 17 meses. El balance de España, remató, ha sido "excepcionalmente positivo" en la UE y en la OTAN, teniendo en cuenta, añadió, "que todavía estábamos en un referéndum pagando precios de antiguos resabios de una izquierda bastante infantil". Tras esta exposición exenta de cualquier autocrítica, Aznar planteó una interrogante como nuevo reclamo de precampaña: "¿Y ahora qué? Cuando ya hemos mejorado la Agenda 2000, ¿qué dirán los que tenían los cañones preparados para acabar con nosotros?". La andanada no quedó ahí. En la siguiente alusión al PSOE fue directo: "Yo no voy a pedir a la oposición socialista que sepa sumar, porque es imposible, sólo saben restar; siempre menos oportunidades, menos recursos y menos... de otras cosas que yo hoy no voy a decir". Fue ahí cuando reprochó a los eurodiputados socialistas españoles que el jueves votaran en contra de los Presupuestos para la Agenda 2000, lo que entre otros aspectos podría haber provocado que España dejara de recibir, advirtió,los Fondos de Cohesión.

Contraataque de Borrell

Frente a todos estos autoelogios, José Borrell, que presidía en Oviedo la proclamación de los candidatos socialistas a los 78 municipios y tres circunscripciones de Asturias, presentó el trienio de gobierno del PP como un retroceso en todos los ámbitos. "Desde que el PP gobierna en España nuestra democracia es más frágil; y el Parlamento, menos respetado. Han sentado las bases de una distribución del poder económico que condiciona a los medios de comunicación; la arquitectura política del Estado está más cuestionada (se han roto consensos básicos); el futuro es más incierto porque se han cercenado las inversiones en infraestructuras; el papel de España en el mundo es menos relevante y Aznar camina hacia atrás: hacia la desigualdad, la precariedad laboral y el deterioro de los servicios públicos, como el aéreo, para luego privatizarlos". Tanto Borrell como el candidato socialista al Principado de Asturias, Vicente Álvarez Areces, censuraron el proceder del vicepresidente segundo del Ejecutivo, Rodrigo Rato, quien la víspera aprovechó su intervención como ministro de Economía en la asamblea de los empresarios asturianos para reclamarles el voto para el PP. Borrell juzgó "inapropiado" que Rato convirtiera un acto institucional en un mitin electoral, y Álvarez Areces aseguró que el vicepresidente segundo cometió "una ilegalidad" por pedir el voto cuando aún no ha comenzado la campaña. La petición de voto que "de forma irregular y vergonzosa" hizo Rato ante los empresarios "demuestra lo desesperados que están", enfatizó.

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